sábado, 15 de diciembre de 2012

LA OPINIÓN DE MELVIN

PARA QUE SEPAN
Por Melvin Mañón
Fines.org.do


Alrededor de 20 personas, la mitad de ellos niños, acaban de ser asesinados en una escuela primaria del suroeste de Connecticut. En China, del otro lado del mundo, en la provincia de Henan, otros 22 niños, varios de ellos en grave estado, fueron heridos a cuchilladas casi al mismo tiempo.

Cuando los detalles sean publicados no habrán grandes diferencias ni entre estos hechos, ni entre los que ya han acontecido en los propios EE.UU. y un número creciente de países alrededor del mundo.

Los chinos, tratando de evitar la repetición de lo que había ocurrido varias veces desde el año 2010, habían tomado medidas que, por su estupidez, rivalizan con las adoptadas en otros países. Habían restringido la venta de cuchillos y exigían que los compradores se registraran y que, además, solamente pudieran acceder al interior de las escuelas provistos de un carnet nacional de identidad.

Ningún gobierno, ningún funcionario, ninguna autoridad escolar se atreve a mirar a los ojos a la realidad de la sociedad que han creado. Despojados de solidaridad y compasión, empujados a pagar un estilo de vida imposible, entrenados en el individualismo del sálvese quien pueda, premiados por el éxito a cualquier precio y no por el esfuerzo y la conducta decorosa el cuerpo social se cae en pedazos y de esos pedazos, surgen los asesinos equipados con una excusa que todos conocen pero nadie puede admitir.

Si la tragedia mía no le importa a nadie, ningún ser humano es inocente.

En la simple y horrenda verdad de esta afirmación reside todo el problema para cuya solución no estamos preparados porque, nadie conecta el asesinato de inocentes con la sociedad que nos hace culpable a todos.

Nadie parece o quiere darse cuenta de que, esta sociedad no puede resolver los problemas que ella misma crea, las fuerzas homicidas que ella misma desata sin negarse a sí misma.

No hay por tanto, solución que no sea reinventar esta sociedad devolviéndole la humanidad secuestrada y todavía podemos considerarnos dichosos porque un día cualquiera de estos, uno de esos homicidas suicidas descubrirá formas más horrendas de asesinar en masa a toda esa sociedad de la cual, legítimamente se consideran excluidos.

La humanidad inventó las ciudades para vivir y sentirse más segura que en la selva y al descampado. La humanidad inventó el Estado para que asumiera esa protección dentro y más allá de las ciudades. Ninguno de los dos es capaz, hoy día, de cumplir la función para la cual fue creado. Estamos de regreso en la selva y ¡hay tanta, pero tanta gente académica, uniformada o con poder hablando mierda!

Ya lo saben.

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