sábado, 24 de noviembre de 2012

DIARIO DE LA CIGUAPA

A LOS JÓVENES QUE PROTESTAN: ¡GRACIAS! ¡Y NI UN PASO ATRÁS!
Por Sara Pérez


Distinguidos jóvenes que protestan:

Gracias por rescatar de entre las polillas, los despojos de nuestra pobre bandera arrinconada y desmigajada por sucesivos gobiernos, cuyos ejecutivos y funcionarios, no se han puesto ningún límite y llegaron a su más estruendosa culminación en los últimos gobiernos de Leonel Fernández, comportándose como si fueran los príncipes de la familia reinante en Arabia Saudita, ante la mirada atónita de todo el que quiso ver.

El ex-presidente Fernández no solo dejó una catástrofe económica por el enloquecido y desenfrenado gasto y la evaporación y el robo de recursos. También hubo un planificado desmedro de libertades y derechos; una marcada, especial e imperdonable lesión a la institucionalidad, con el secuestro del Poder Judicial y a eso se añade, entre otros descuartizamientos de reivindicaciones democratizantes, la talibanización de leyes que parecen deliberadamente diseñadas para agredir a las mujeres y para cargarle el dado a delincuentes menores de edad (en vez de buscarle verdaderas soluciones a problemas sociales extremos) y el desenfreno criminal que se ha permitido, alentado y premiado dentro de La Policía.

Cierta gente, alguna de mirada habitualmente aguda, ha enceguecido ante los alarmantes indicadores, entre los que no se puede dejar de mencionar, el permanente y absoluto desdén de la generalidad de los congresistas -¡HONORABLES! ¡VOTEN! ¡VOTEN!- hacia el pueblo del que ellos se mantienen, a unos costos y de una forma que no es legal, ni legítima y que denigra tanto a quienes disfrutan los abusos, como a quienes los soportan en silencio.

¡Qué bueno que ustedes se han levantado ante la corrupción, el clientelismo, el abuso, el robo, la ostentación del robo, el autoritarismo, los embustes obvios y la auténtica o aparente desconexión de las autoridades de su entorno real!

¡Qué esperanzador comprobar que hay gente que no se conforma con tragarse todo eso como lo normal, ni como lo inevitable, que "no se va a acabar nunca"! No se va a acabar nunca, mientras esté en manos de ellos y nosotros lo aceptemos.

Qué alentador saber que unos grupos, -por suerte, sin “un” líder único y específico a quién sobornar- armados con velas (excelente símbolo de los problemas del país) y sus celulares y sus cuentas de Twitter, Facebook y Youtube, han hecho rodar la careta de un farsante embustero y corrompido, manipulador, tan delirantemente envanecido, que no se ha dado cuenta que los demás saben sumar y restar, a pesar de que su gobierno, no invirtió para que aprendieran.

¡Muchachos! ¡Muchachas! ¡Sus demandas son básicas! Conmueven por su elementalidad. El gobernante y su equipo -y la mafiosa élite económica, escondida detrás de los gobernantes y tan cómodamente apoltronada sobre el país- debían estar avergonzados de que la juventud educada -que se educó por su cuenta- le tenga que exigir transparencia administrativa y que se penalice a quienes han desfalcado al Estado. Sin esos dos elementos no es posible ninguna organización social aceptable, ni ningún gobierno.

Debían sonrojarse cuando las muchachas y muchachos levantan esas pancartas enrostrando las leyes insólitas que lastiman a las mujeres y que les mutilan sus derechos.

Leonel debía enterrarse entre los closets de los sombreros de doña Margarita, cuando los jóvenes lo sacan en sus pancartas con el sombrero emplumado y el uniforme- disfraz de Trujillo. ¡Farsante! Ni siquiera eructará cuando un grupo de infelices menesterosos, alquilados con dinero del país y trasladados en vehículos del gobierno -a la vista de todos- sale a vocearle: ¡Dios y Leonel! Para que él les dé un picapollo y 300 pesos.

Vergüenza debían tener todos esos carcamales podridos, ante el espectáculo pasmoso, primitivo e hiriente, del resurgir de los paleros de Vincho, pagados con los mismos recursos y con la misma tarifa que los del: ¡Dios y Leonel! ¡Ruge El León! ¡Nosotros debemos tener expectativas más altas! ¡Y no solo por nosotros! También por los paleros, que son los mismos jóvenes sin futuro que la policía asesina en la calle y que son los mismos jóvenes sin futuro a quienes en la Dirección Nacional de Control de Drogas, previo pago de los correspondientes impuestos, le "legalizan" los puntos de venta.

¡Muchachos!¡Muchachas! ¡No se dejen apabullar por un grupo de momias herrumbrosas y corrompidas! ¡No dejen que les quiten la estrella que tienen en la frente! ¡No se rindan! ¡No dejen que esa basura les quite a su país! Hagan sus demandas pacíficamente -la violencia déjensela a Vincho, que es el que tiene experiencia y a Leonel, que lo admira- pero no se detengan, porque el resto de la vida se les va a enmierdecer.

No hay una desgracia peor que la de pertenecer, vivir y morir en una sociedad donde la gente no tenga ciertas garantías de algunos derechos y vive machacada. La maldición es para los machacados y también para los machacadores. No dejen una maldición así encima de sus hijos, ni encima de su patria. República Dominicana ha sufrido mucho. Ya puso más de la paciencia y el aguante que le correspondía. Ustedes están reclamando lo más chiquito de lo que se les debe. Ya otros pagaron por la sombrita de derechos que ustedes heredaron. No permitan que nadie les arrebate esa herencia. Vincho se la ha arrebatado a otros antes. ¡Ustedes no se dejen!

¡Quéjense! ¡Exijan! ¡Demanden! ¡Griten! ¡Escriban en sus pancartas lo que sienten! ¡Sigan haciendo sus canciones y videos! ¡No se queden callados! ¡Usen Twitter! ¡Usen Facebook! ¡Usen Youtube! ¡Hablen! ¡No renuncien nunca al sueño sagrado de tener un país mejor! ¡Constrúyanlo!

Y a los ya más adultos y entrados en edad, ¡despabílense! A nosotros no nos luce ignorar lo que hemos pasado la vida viendo.

¡El silencio es cómplice de la injusticia! ¡Y pudre a la gente por dentro!

acento.com.do

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