martes, 12 de junio de 2012

LOS CAMPEONES DE LA DESIGUALDAD

LOS REPUBLICANOS BLOQUEAN LA EQUIPARACIÓN DEL SALARIO FEMENINO

Los demócratas usan la oposición a la norma como un nuevo ejemplo de la “guerra contra las mujeres” de los conservadores de EE UU

El Partido Republicano ha bloqueado en el Senado de Estados Unidos la Ley de Salario Justo propuesta por los demócratas, que pretendía equiparar los sueldos que perciben los hombres y las mujeres. El lunes el presidente Barack Obama apoyó explícitamente la norma destacando el impacto positivo que hubiera tenido para la economía de las familias del país. Los senadores progresistas sabían de antemano que se iban a topar con la oposición en bloque del Partido Republicano, que sostiene que la disposición hubiera perjudicado al pequeño comercio y hubiera supuesto un retraso en el crecimiento económico.

“Hoy es un día triste para EE UU”, se ha lamentado Barbara Mikulski, la senadora por Maryland que ha promovido la norma. En plena campaña electoral y con la pugna por el voto femenino en primer plano, los demócratas esperan sacar rédito electoral de esta derrota presentando la oposición de los conservadores como un nuevo ejemplo de la “lucha contra las mujeres” del Partido Republicano. Una estrategia que la formación progresista ha explotado durante la primavera a cuenta de la negativa republicana a apoyar las políticas anticonceptivas de Obama o su rechazo frontal a la Ley contra la Violencia de Género.

Los republicanos, como en las últimas ocasiones en las que han votado leyes que afectan a los derechos de las mujeres, han recriminado a los demócratas que con estas iniciativas lo que pretenden es desviar de la atención pública problemas más acuciantes como el desempleo. El lunes, sin embargo, Obama acentuó la importancia económica de la Ley de Salario Justo, presentándola como un elemento fundamental para impulsar el crecimiento de EE UU: “Las mujeres son el sostén de muchas familias y si perciben menos dinero que los hombres por hacer el mismo trabajo, estas verán reducidos sus ingresos y las posibilidades de garantizar el cuidado y la educación de los niños; el pequeño comercio tendrá menos clientela… Todo el mundo sufrirá”.

El Partido Demócrata instó el lunes al candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, a que se definiera públicamente sobre su apoyo a la ley. Mikulski recriminó al exgobernador de Massachusetts que con su silencio alentara la oposición de su partido. Aunque el pasado mes de abril Romney se mostró de acuerdo con la igualdad salarial, en vísperas de la votación de la norma solo Amanda Henneberg, una de las portavoces de su campaña se pronunció al respecto. “Claro que el gobernador apoya la paridad de sueldos para las mujeres, pero para eso es necesario que éstas tengan trabajo y bajo la anémica situación económica de Obama, muchas están perdiendo sus empleos”, puntualizó.

En EE UU, por cada dólar que gana un hombre, por realizar el mismo trabajo una mujer percibe 77 centavos, según datos del Censo. Una brecha que se acentúa en el caso de las afroamericanas, 64 centavos, y las hispanas, 56 centavos. De salir adelante, la ley obligará a los empresarios a demostrar que las diferencias salariales no vienen determinadas por la diferencia de género y prohibirá que alguien sea despedido por preguntar cuánto gana otra persona en su mismo puesto.

En la sesión del martes en el Senado, los representantes demócratas también procuraron centrar sus argumentos en los beneficios económicos de la ley. “Con la igualdad salarial muchas mujeres podrán destinar la diferencia a gastar en el pequeño comercio en lugar de tener que ahorrarla y abstenerse de consumir”, ha indicado Kay Hagan, senadora por Carolina del Norte. Aunque la propuesta de la Ley de Salario Justo pueda parecer más política que legislativa, el hecho que es que el partido progresista ha mostrado una unidad en este asunto de la que ha adolecido en recientes votaciones relativas a recortes presupuestarios.

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