viernes, 8 de junio de 2012

EL BAMBI DE ACERO

LA CORDURA DE ORLANDO JORGE MERA
Por Julio Peña Guzmán

No extraña que sean ajenos al PRD quienes quieren convertir a Orlando Jorge Mera en carne de cañón. De haberle seguido de cerca en sus veintidós años de militancia habrían buscado una estrategia menos infantil para sus tristes objetivos.

Es que Orlando Jorge se toma el tiempo para tomar las decisiones correctas. Una de sus virtudes más criticadas, la templanza, ha sido la compañera de este joven Quijote, que en la montura perredeísta solo ha sabido ganar. Y es esa característica que muchos ven como un defecto lo que el Secretario General del PRD ha sabido aprovechar en cada coyuntura. También tiene paciencia y lo ha demostrado ahora que un grupo de mercaderes ha querido montar una campañita en su contra. Tranquilo, callado, resiste los embates que no lo pueden derribar. Hay que recordar que el joven político se vistió de piel de elefante temprano, cuando las jugadas sucias de Balaguer se ensañaron con su familia.

Orlando Jorge Mera llegó a la Secretaría General en el año 2005 con respaldo abrumador de un 62% de los perredeístas. Su esfuerzo vio frutos venciendo nuevamente en 2009. Su papel en INDOTEL dejó un antes y un después cuando de gestión moderna, íntegra y organizada se habla. Quienes lo quieren ensuciar en este momento, ¿qué tienen para mostrar? ¿Cuáles han sido sus logros en política y, sobre todo, en el PRD?

En esta etapa, con un partido en peligro, Orlando sabrá jugar resistiendo y, como siempre, eludiendo los conflictos con quienes no están a su altura. Su rol en la actual coyuntura perredeísta es crucial. Su carácter y disposición para lograr consensos puede ser la pieza que falta para salvar al Partido Revolucionario Dominicano del fantasma de la división. Su papel diferenciado, racional, hace que Orlando sea clave. Ningún dirigente de su generación cuenta con el arraigo de Jorge Mera a lo interno. Ninguno ha trabajado, como una hormiguita, en construir un liderazgo anclado en la esencia del perredeísmo. Por eso, por el peligro que representa su rol en esta coyuntura para los planes divisionistas de los sectores que ganan con la división, Orlando es el blanco de sus cañones.

Desde 1990 ha construido su camino juntando voluntades, sin pelearse con nadie. Porque cree en la política para hacer y no para dañar. Ha sabido defender sus posiciones cuando ha tenido que hacerlo, de la manera correcta. Han definido al Secretario General como su objetivo. Toman su espíritu tranquilo como una debilidad obviando que sabe con qué tela se debe tejer en política. Y es que, como dijo el veterano socialista español Alfonso Guerra sobre Zapatero, Orlando Jorge Mera “parece un bambi de acero”.

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