lunes, 14 de mayo de 2012

¿TARADOS, MASOQUISTAS, PENDEJOS O LOCOS?

¿ES QUE SOMOS UNA PARTIDA DE LOCOS?
Eduardo Álvarez
cenitcorp@gmail.com

El cuco es un pájaro burlón que, desde lo alto, muy alto, se burla de todos nosotros. Nos recuerda que estamos locos, repitiendo constantemente aquel ¡cucú, cucú! burlón y desafiante, que nos pone de remate, si no lo estamos. Si pudiera, nos sacara la lengua o abriera una de sus alas para moverla de manera circular en torno a su oreja derecha.

Los cucos, Leonel Fernández o quien sea que logre encaramarse tan alto y utilizar los recursos del Estado para apropiarse de todos los poderes disponibles, tienen motivos suficientes para creer que, aquí abajo, somos todos unos pendejos, locos de atar, dispuesto a aceptar impensables abusos.

Porque debemos estar envilecidos y sin juicio para que el PLD tenga aún, a estas alturas del juego, la menor posibilidad de seguir en el poder. Es una locura que ese partido no haya sido liquidado, definitivamente, luego de ocho años de robos y despilfarro a niveles insospechables.

Deberíamos estar en un cepo, todos, cuando aceptamos ser representados por un presidente de la Cámara de Diputados que confunde el sagrado poder legislativo con una escudera de potroso de afanados y tramposos subastadores de baratijas.

El ocaso de los locos, del que habla Víctor Hugo, debió ser nuestra fiesta de gloria el día que nos impusieron a un pendenciero e incompetente troglodita como presidente de la Justa Central Electoral.

Debimos haber cogido para el Veintiocho, estos diez millones de sinvergüenzas desjuiciados, al momento de ver, como impávidos posesos, que el mismo Presidente en persona mandó a poner en posesión al presidente del Tribunal Constitucional y los jueces de la Suprema Corte. ¡Para qué, ¡carajo!, guardar la composturas ante tantos dementes idiotas!

No una parte de la población, toda, debió estar cogiendo la loma, harapienta y arrastrando latas vacías, para se quedara como si nada, cuando Leonel y Danilo se pusieron de acuerdo en implantar la Dinastía Fernández al imponer a Margarita de Fernández como candidata vicepresidencial. La propia esposa del Presidente se encargó de confirmarlo que esta partida de perturbados estábamos suponiendo: “Ahora soy primera dama, luego seré vicepresidenta, el 16 volveré a ser primera dama; en el 20 presidenta, y ya veremos si vuelvo a ser primera dama en el 20”.

Para no ver que Danilo no es más que una propuesta puente, falsificada, aceptar y oír todo esto, hay que estar muy loco, cuando no trancado, de remate.

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