domingo, 20 de noviembre de 2011

LIBROS

PUBLICAN PRIMERA NOVELA ECOLÓGICA EN REPÚBLICA DOMINICANA

La novela narra los desatinos y aciertos en el manejo de los recursos naturales en la Cordillera Central de República Dominicana, en una trama de historia y ficción que se entreteje con las creencias, costumbres, vicisitudes y gozo de defensores del medio ambiente.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- “La sonrisa de la montaña”, primera novela ecológica del país, de la autoría de Domingo Marte, se puso en circulación en un acto celebrado el jueves 17 de noviembre en el Club del Banco Central.

La presentación de la novela estuvo a cargo del escritor Luis Santos, y el maestro de ceremonia fue el poeta y escritor Eduardo Gautreaux de Windt.

Publicada por la Editorial Santuario, “La sonrisa de la montaña” es una puerta de entrada a un tema trascendente para el mundo y el país: el cuidado y la defensa del medio ambiente.

La novela narra los desatinos y aciertos en el manejo de los recursos naturales en la Cordillera Central de República Dominicana, en una trama de historia y ficción que se entreteje con las creencias, costumbres, vicisitudes y gozo de defensores y depredadores de los valores de la cordillera.

“Después de leer la novela ya no seremos los mismos. Aprenderemos por qué y cómo la montaña llora, canta y sonríe”, dijo Domingo Marte en la actividad.

Fragmento de la novela, exclusivo de Acento.com

Tomado del capítulo titulado: La montaña sonríe

“—¿Ven ustedes alguna belleza en los contornos del Pico Duarte,
y los demás? –preguntó Marcano, señalando las siluetas de los montes.

—Claro que la vemos, para eso tenemos ojos –contestó Caliente.

—No creas, Caliente, hay mucha gente que aunque tienen ojos
no ven –dijo Marcano, quien después, pasando la mano por la espalda
de Luis, le preguntó:

—¿Cómo has aprendido a apreciar la belleza de las montañas?

Sin titubear, Luis contestó que cada uno tenía su forma de descubrir la belleza y apreciarla. Usando el aire como si dibujara en un pizarrón, y sus dedos como tiza, siguió el trazo de las hamacas que se forman entre los picos y el sube y baja de sus siluetas mientras preguntaba si el pico Duarte sería tan majestuoso si no tuviera a sus lados la Rusilla, la Pelona y el Pico del Yaque. Aunque cada uno tenía su atractivo, para él la conjugación de las alturas y formas de esos cuatro picos eran parte de un cuadro encantador.

−Profesor, a mí también me gusta ver los trajes de diferentes colores con los que la montaña se viste; verde esmeralda con las caricias del sol de mediodía, y azules cuando el sol anuncia que está a punto de acostarse.

Con las manos entrelazadas y mirando a la distancia, Luis dijo, inspirado:

−Si bien es cierto lo que dice Alberto, el traje más bello de la montaña es su sonrisa. La montaña se viste de sonrisa cuando se siente defendida y protegida. Y en el marco de ese rostro de alegría hay un chorro de voces melodiosas que emite a ciertas horas del día y de la noche, acompañadas de violines mágicos tocados por el viento, por el sonido de la fauna y las corrientes de las aguas. Pero no todos ven y escuchan ese espectáculo; para eso hay que afinar las fibras del espíritu”.

De acento.com.do

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