domingo, 16 de octubre de 2011

Indignados: ¿contra quienes?

Narciso Isa Conde
narsoisa@gmail.com

Es evidente que los diversos agentes de la política electoral predominante no establecen responsabilidad sobre la tragedia social y medio-ambiental que azota nuestra patria. A lo sumo, los menos conservadores, se limitan a hablar en general de las cúpulas de los partidos que han gobernado en las últimas décadas, mientras otros culpan al gobierno de turno o al anterior.

La “horrible desigualdad”, el empobrecimiento de seres humanos a niveles dramáticos, la depredación y envenenamiento de su entorno natural, la apropiación del territorio por grupos voraces, el saqueo de sus entrañas, la explotación y sobreexplotación de la fuerza de trabajo y de la inteligencia del pueblo, las perversidades del gran capital y sus agentes políticos y militares, la estafa vía privatizaciones, el robo del mercado nacional a través de llamadas “áreas de libre comercio”… parecerían que no tienen ni responsables ni beneficiarios.

Como si la oligarquía no existiera y ya no hubiera “tutumpotes”. Como si los bancos no utilizaran la usura. Como si el Estado capitalista no salvara las bancas para hundir al pueblo. Como si los “hijos e hijas de Machepa” (la pobresía) no fueran la otra cara de la opulencia burguesa; y el machismo, el racismo y la dictadura de los adultos, no fueran males del sistema.

Como si los “narcogenerales”, “narcopolíticos” y “narcoempresarios”, no tuvieran nombres; ni tampoco afinidades con el PRD, PLD, PRSC…

Definitivamente por miedo, conexiones, contaminación u oportunismo, los políticos electoralistas de diferentes colores no tienen interés de indignarse contra las raíces del mal y sus responsables; menos aun de movilizarse en su contra.

Hablan “pluma de burro”, “tetas de yeguas”, generalidades… Pero sobre la clase dominante no dicen nada. Están interesadamente desfasados de los contenidos de la indignación global.

No pueden admitir que aquí, en el “pequeño New York”, existe un Wall Street, aunque no en una sola calle. Tampoco reconocen que el neoliberalismo, como modalidad brutal del capitalismo, está en crisis y es cuestión de vida o muerte desmontarlo.

Pero es que ha sido así en muchas partes… Por lo que la indignación acumulada se ve impelida a diferenciarse de ellos y a brotar desde fuera del sistema y contra sus poderes, personeros e instituciones.

Aquí, por fin -acompañada del estímulo de la indignación global- esa necesaria indignación, tienden a dar un salto de calidad con la convocatoria de ayer en el corazón de la Ciudad Colonial (Parque Colón).

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