viernes, 15 de julio de 2011

NUEVO LIBRO SOBRE EL TIGUERAJE

SOCIEDAD
Dr. César Mella

En nuestro medio se utiliza la palabra tíguere para referirse a algunos individuos cuya manera de hablar, vestir y de comportarse rompe con los esquemas usuales. Así comienza el Dr. José Dunker, prominente psiquiatra oriundo de San Pedro de Macoris, uno de los capitulos de su último libro: "Cultura del tigueraje en la República Dominicana".

Al igual que Lipe Collado, Dagoberto Tejeda y Antonio Zaglul, el Dr. Dunker hace un tremendo esfuerzo por describir a este personaje, en su sobresaliente ensayo. Veamos alguna de sus ideas:

El lenguaje del tíguere es estereotipado y acude a frases como la siguiente: "ta nitido"; "que quille"; >"dar muela", etc. El tíguere suele violar las reglas de protocolo. Viste cachuchas especiales y a veces se la pone al revés; el jean o pantalón deportivo a media nalga y en el caso de las tigueritas se colocan la blusa por encima del ombligo.

La gestualidad en el saludo y la forma de "darse las manos" contiene un ritual que recuerda la cultura Africana.

En la música, el rap, el merengue de calle y alguna variedad del blue estigmatizan a un segmento marginal de la población dominicana, de forma desafiante con textos eróticos fuertes.

Corremos el riesgo de poner esta etiqueta al muchacho pobre de barrio, que en busca de su identidad y diferenciación desarrolla habilidades especiales de sobrevivencia y se le atribuyen grandes destrezas para obtener dinero y para "levantarse mujeres".

En el libro que comento se establece una diferencia entre el tíguere y el pariguayo, que justamente es un bobo y pendejo que nunca logra salirse con las suyas y que es objeto de burlas en la comunidad por su torpeza.

El tíguere consumado "le parte el brazo” a cualquiera con tal de conseguir su objetivo.

En la conversación cotidiana existe una versión suave del término como sinónimo de inteligencia y habilidad, es el caso de una madre que al referirse a su hijo expresa: "ese muchacho es un tíguere gallo". El segundo calificativo hace alusión a la condición de conquistador y de valentía.

Por supuesto este libro en su contenido y su bien cuidada bibliografía es más amplio y el espacio no me permite comentarlo en extenso.

Quiero formular algunas advertencias a propósito del tema: el tíguere más peligroso no es el muchacho pobre de los barrios populares, sino el de "cuello blanco", el blanquito, el riquito, que ha estudiado en buenos colegios pero que en su comportamiento psicopático es un tiguerazo.

EL POLÍTICO

El campo de la actividad humana en donde se ha aposentado con más éxito el tigueraje es en la actividad política, entre otras cosas, pues es una vía de movilidad social y económica. Además, como ya no se conceptualiza al tíguere, le es fácil convencer aunque viva de espaldas a lo que predica.

Ya están lejos los tiempos de esa juventud que se inmoló con el discurso "dulce y decoroso es morir por la patria".

A comprar este libro, a estudiarlo, a difundirlo como forma de conocer mejor la socio cultura del dominicano…

almomento.net

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