lunes, 30 de mayo de 2011

Que no se repita la Era de Trujillo

La BBC conversó con el historiador Bernardo Vega, autor de varios libros especializados en la era de Trujillo.

Lo bueno

Lo bueno de Trujillo fue muy poco.

Los que quieren defender la dictadura de Trujillo piensan, al igual que los que defienden al fascismo italiano, que los trenes llegaban a la hora correcta y durante 31 años no se robaba -excepto lo que robaba el propio Trujillo, que era muchísimo; no se mataba -excepto cuando se mataba por órdenes de Trujillo, que mató a miles.

Había una total centralización de la distribución del ingreso que, como sabe cualquier economista, estimula la inversión, lo que en parte puede explicar el crecimiento de la economía -pero era la economía personal de Trujillo.

La República Dominicana durante la dictadura se convirtió en la finca personal del dictador. Prácticamente todas las industrias le pertenecían.

Así que lo único bueno de la dictadura de Trujillo es que el conocerla ahora nos pone en una situación de tratar de hacer todo lo posible para que no se repita.

Lo malo

Lo malo de la dictadura de Trujillo, primero fue el derramamiento de sangre. Miles de dominicanos que perdieron la vida, haitianos también, personas asesinadas por Trujillo en el extranjero.

Fue una total paralización de la iniciativa privada y profesional durante décadas; no se podía salir del país a estudiar afuera, no se recibían libros del exterior.

El denominado generalísimo repartía fortunas entre familiares y acólitos.

Es decir, todo el crecimiento espiritual del país se detuvo durante esas tres décadas y se montaron industrias que solamente eran viables con un alto nivel de proteccionismo porque pertenecían al dictador.

La iniciativa privada se vio obstaculizada de manera extraordinaria porque todo negocio que daba dinero, Trujillo eventualmente pedía que se lo vendieran.

Es decir que creó un verdadero atraso en el país en el orden cultural y político también.

Lo feo

Lo feo es el mal gusto del dictador.

Las obras físicas de pésimo gusto que construyó, por ejemplo la zona de la Feria de la Paz, donde construyó dos monumentos tan grandes que no los podemos destruir... las estatuas pequeñas, los miles de bustos, se destruyeron.

El mal gusto del dictador en cuanto a exigir que le dieran todos los títulos honoríficos habidos y por haber.

La adulación que obligó a que los poetas escribieran a su favor toda una vocación de solamente hablar bien del régimen... eso fue lo realmente feo de Trujillo.

Reflexión personal

Mi reflexión personal es muy negativa.

Es parte de un proceso por el cual pasó América Latina -algunos más temprano, como Gómez en Venezuela, Rosas en Argentina, con los dictadores de Centroamérica; otros más tarde, como Batista en Cuba, Pinochet en Chile.

Fueron etapas lamentables del desarrollo político de la región, que todos esperamos que sean no repetibles y reconocer que ese tipo de cosas suceden aún en las sociedades más sofisticadas, como fue el caso de Hitler en Alemania.

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