jueves, 17 de marzo de 2011

LO QUE ESPERAMOS DEL DISCURSO DEL PRESIDENTE

Por Luis Flores
Tomado de Línea Noroeste

Esta noche, el primer mandatario de la nación se dirigirá a todo el país por distintos medios radiales y televisivos. Será la segunda vez este año, que el mandatario hará uso de la alocución para comunicarse de manera global con todos los sectores o esferas de la sociedad dominicana.

Las expectativas para el 27 de Febrero se cayeron porque el presidente no hizo el rendimiento o rendición de cuentas de lo ejecutado, y se cayó en una oratoria de historietas y ofertas.

En este discurso, donde la población dominicana está pegando el grito de Jeremías en el muro de las lamentaciones, el pueblo espera no un discurso de historias de Egipto, Libia o Japón, ni mucho menos un discurso de lanzamiento de precandidatura, lleno de nuevas historias económicas y educativas, ni de conceptualización sobre el liderazgo, ni de definición de lo que es un terremoto, ni de ofertas pre-electorales, eso no. El pueblo sabe pensar, y quiere un discurso esperanzador, que sea capaz de quitarle o al menos aflojarle del cuello la apretada guillotina que lo tortura a diario.

El pueblo quiere que se reduzca el gasto público, que se reduzca el gasto de protocolos, que se reduzca por un tiempo la construcción de obras no prioritarias, que los fines de semana y días feriados no circulen los vehículos oficiales, excepto los militares.

El pueblo quiere que haya un serio control de los precios, el pueblo quiere que se reduzca el derroche por concepto del clientelismo, que se reduzcan las botellas y los sueldos lujosos de funcionarios disfuncionales, el pueblo quiere que el gobierno no gane tanto por cada galón de gasolina: 125 pesos por galón es demasiado señor presidente, dele un respiro al pueblo. El pueblo tiene hambre y ha recibido demasiados golpes con estos precios por las nubes.

El pueblo quiere que se trate con drasticidad el tema de la delincuencia, la criminalidad y el desorden que hay en la aplicación de la justicia; el pueblo quiere que usted adecente la frontera señor presidente; la gente tiene hambre en las tripas, pero también tiene hambre de orden, de respeto y de justicia. El pueblo quiere que la educación tome otro rumbo, porque en estas condiciones será difícil montarse en el tren del desarrollo.

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