viernes, 11 de marzo de 2011

HIPÓLITO, EL REDENTOR

Por Wilfredo Mora
El autor es criminólogo y perito forense

Las elecciones internas del PRD fueron épicas; en principio, angustia interna para los que aupaban al fenómeno de Hipólito Mejía, y para los del otro sector, muchas ansias, por las otras elecciones, en las que hay que vencer al oficialismo. ¿Cuántos líderes de la oposición hay que puedan vencer al partido de gobierno? Hipólito Mejía, es el redentor que tenemos en estos momentos de desaliento nacional.

Mis felicitaciones a los convencionistas, que dieron el ejemplo en las votaciones, los cuales transcurrieron sin incidentes, y los boletines, pusieron en claro el valor y la firmeza de sus autoridades. En muchos años no habían sido tan masivas como las presentes, y ejemplo de civismo de parte de los electores.

A los del PLD, decirle que tienen que prepararse, porque, al parecer, es un hijo del pueblo, con un carisma que nada tiene que ver con falsa erudición del Presidente de la República Dominicana, quien le ganará las elecciones del próximo 2012. Sólo un redentor de la oposición puede liberarnos de la mala situación social y económica en la que se encuentra el país.

Nos referimos al estilo de hacer política del ingeniero Mejía, como el hombre que quiere erradicar el mal, sobre todo ese monstruoso mal que es la corrupción, que está anidada en su mayor parte en los funcionarios públicos. Hipólito es humano, un ciudadano del Estado, no ha estado tranquilo ni un solo momento desde su derrota pasada.

¿Cuál es el valor de este hombre honrado, moral y con característica de guía de la mejor organización política del país, el PRD, que es la más parecido al pueblo?, ¿es Hipólito un redentor de masas? La Convención de los blancos fue una decisión nacional y sólo los redentores mueven a elecciones parecidas. De una política superficial que estamos viviendo, determinada por el ser social de quienes fueron individuos miserables y pobres, surge una esperanza de volver a nuestra verdadera identidad, de conseguir mayor libertad y mejorar la terrible situación de hambre, dolor y desaliento con la que inútilmente enfrentamos la vida cotidiana. Hipólito Mejía Domínguez, al menos representa a los que no pueden deponer de sus dirigentes. El está con las mayorías.

La auténtica cultura está en ser buen mandatario, en ser un hombre de bien para el pueblo, no en ser un intelectual constipado, al que nadie entiende, ni puede llegar a conocer, ni nadie conocía antes de ser gobernante. No conozco intelectuales así; todo lo contrario, los líderes políticos tienen la obligación de ser redentores, de un mayor compromiso con sus súbditos. Y además son seres sencillos y democráticos.

A los que me van a criticar con palabras inmerecidas, por estos elogios al ex Presidente Hipólito Mejía, decirles que al menos hemos tenido el valor de oponernos al gobierno, que está dando señales claras de que no sabe gobernar para los pobres.

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