martes, 21 de diciembre de 2010

SE QUEMARON EN EL EXAMEN

La pregunta que debemos hacernos es, ¿para qué sirve un diputado, si la mayoría son analfabetas? Lo único que sí sabemos es que salen ricos de esos puestos donde tienen licencia para robar. No nos hagamos ilusiones con la cabronada de la democracia representativa y la justicia en RD. Tenemos que comenzar a hacernos justicia con nuestras propias manos.YOUMETHEMUS.

Susi Pola
(susipola@gmail.com)

La semana pasada, con la aprobación de de los 390,845 millones de pesos, sancionados ya por el Senado para el presupuesto nacional del 2011, los diputados y diputadas de la nación, traicionaron a la niñez dominicana que seguirá sumida en el sistema de educación más atrasado de América Latina y más allá.

Hay que buscar la lista de los 99 diputados peledeistas y reformistas, desenmascarar su desamor por el pueblo que dicen representar y su canchanchanería politiquera, poner la lista en la puerta de todas las escuelas dominicanas para que niños y niñas, graben sus nombres y terminen después de estos seis años, con sus “carreras políticas”.

La ciudadanía, debajo de la sombrilla amarilla del 4%, acaba de entender que tenemos que bregar con un ejecutivo insensible a los verdaderos problemas sociales, un congreso apañado por la política interesada y distorsionada y una justicia maniatada también por ella, y si no reaccionamos con datos y acciones para la conciencia ciudadana, no iremos muy lejos.

¡Ilusas las mujeres que soñamos con presupuestos que apoyen la erradicación de las violentas prácticas machistas que a la fecha, han matado a más de doscientas dominicanas! Si un tema tan convocador como el de la suerte de la niñez y la adolescencia, no conmueve, poco hay que esperar de un parlamento ocupado por un buen número de hombres agresores, anónimos por la fuerza de la doble moral.

Esas 99 personas no solo negaron incluir el 4% del producto bruto interno (PBI) estimado para el año corriente, también borraron el efecto jurídico legal de las normas, al desconocer la Ley General de Educación, No. 66-97, y eso es bien peligroso para un país abismado por las prácticas de acomodar la legalidad a las fechorías de los poderes. Primero fue el poder ejecutivo, luego el Senado, después la justicia y ahora los diputados, todos a una se prestaron para el golpe.

La Coalición Educación Digna –que es del pueblo y no de los partidos políticos- debe someter el recurso de inconstitucional ante la Suprema Corte de Justicia, e ir hasta donde sea necesario, aunque solo sea para desenmascarar al poder dominicano con sordera selectiva y mantener un expediente abierto a la ciudadanía, para el presente y el futuro del país.

Como recomendación, y una vez borrado el 4% del artículo 197, de la ley 66-97, aprovechen y anulen: los principios de la educación en R. Dominicana, artículo 4; los fines en que se sustenta, artículo 5; y los propósitos a procurar, del artículo 6 para que esto se cumpla, porque ahora es que luce fea esta ley General de Educación, huérfana y sin dolientes en los puestos de mando.

21 Diciembre 2010
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lunes, 20 de diciembre de 2010

ADOCCO: "Habría que cerrar RD si se filtran informaciones de otras embajadas"

De Panorama Diario

Santo Domingo.- El Coordinador General de la Alianza Dominicana Contra la Corrupción (ADOCCO), Julio Cesar De la Rosa Tiburcio, dijo este sábado que si llegase a filtrarse informaciones de las embajadas en el país de Francia, España, Canadá, Alemania, China, Corea, Japón y otras, "la extorsión a que son sometidos empresarios inversionistas procedentes de sus respectivos países, la República Dominicana habría que cerrarlo".

Asimismo, el Coordinador General de ADOCCO señaló que esa es una práctica recurrente de los funcionarios de los diferentes gobiernos que le ha tocado a la débil democracia dominicana, que se produce en los tres poderes del estado dominicano, ejecutivo, legislativo y judicial, que también afecta a inversionistas dominicanos.

“Cuando un inversionista atraído por las facilidades que dicen recibirán en el país para invertir llega a la Republica Dominicana, comienza a recibir todo tipo de trabas para que tenga que soltar cuartos, algunos no obtemperan al chantaje, otros si, como fue el caso de los empresarios japoneses que en el último periodo de Balaguer le denunciaron a este que para instalar una generadora de electricidad Mitsubishi tendría que dar un millón de dólares por debajo de la mesa, abandonado esos inversionistas el proyecto”, señaló De la Rosa Tiburcio.

De la misma forma, afirmó que la situación es tan grave que ya hay inversionistas que vienen preparados con el maletín de la inversión y con el maletín de la extorción, produciendo una mala imagen para los verdaderos inversionistas, porque podrían colarse aventureros que pretenden blanquera capitales procedentes del narcotráfico y de la corrupción administrativa de funcionarios públicos.

Como muestra de su denuncia el representante de la organización de la sociedad civil señaló la denuncia recibida por esa institución de parte de inversionistas dominicanos y coreanos de las trabas que le han puesto en el Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción BNV, para establecer en el país una planta de ensamble de vehículos de la marca Hyundai, en la provincia de Dajabon, no obstante haber sido aprobado un préstamo con los terrenos en garantía por el Consejo de Directores de esa entidad bancaria y grabado el titulo de los mismos no se produce el desembolso, para citar un ejemplo de las quejas que día a día recibimos, las que también son canalizadas vía su embajada, provocando esa práctica daño al clima de inversión de la Republica Dominicana colocándola en desventajas frente a otras naciones del área donde si se respetan las reglas.

“Cuando los gobiernos de países como España, Francia solicitan al gobierno dominicano garantía jurídica para las inversiones de sus conciudadanos, lo hacen por el conocimiento que toman de los chantajes a que son sometidos por parte de funcionarios que no siempre provienen del sector o área de la inversión a desarrollar, motivando a que esos países desarrollen programas a través de donaciones y préstamos tendente a organizar a las instituciones que deben velar por la transparencia y control, como se verifica en los grandes aportes que ha hecho la Agencia de Cooperación Española para el mejoramiento del sector justicia”.

Reiteramos que las denuncias hechas por la embajada estadounidense en el país, la que obedece a un ejercicio de la diplomacia de representar a sus nacionales y defenderlo de las diabluras de los administradores del país donde se encuentren se corresponden con las denuncias de corrupción que formulamos periódicamente, las que necesariamente tendrán que seguir fluyendo de las tantas que hay correspondientes a los últimos gobiernos dominicanos.

sáb, 18-dic-10
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sábado, 18 de diciembre de 2010

LAS PERSONAS PRIMERO

Por José Carlos García Fajardo*

No podemos permanecer en silencio mientras los responsables de la crisis financiera y de los desastres que afligen a más de mil millones de personas permanecen activos e impunes. No es posible callar sin saberse responsable. Como señalaba Martin Luther King, tendremos que arrepentirnos en esta generación no tanto de las acciones de la gente perversa sino de los pasmosos silencios de la gente buena.

Cómo es posible que no se alcen tantos millones de personas con responsabilidad en los asuntos de la sociedad y del Estado en rebelión contra la injusticia social. Tienen información de instituciones como Naciones Unidas, PNUD, Amnistía Internacional, UNESCO, UNICEF, FAO, Acción contra el hambre, y tantas organizaciones de la sociedad civil que han tomado partido por la justicia social, por la libertad y por los derechos humanos y sociales que conocemos y hemos aceptado. Cómo es posible.

Con Albert Camus, nuestros nietos se avergonzarán de nosotros porque, habiendo podido tanto, nos atrevimos a tan poco. Ya no podemos alegar ignorancia. Una mentira jamás llegará a ser verdad por mucho que se repita, aunque terminen por creerla ciudadanos que prefieren escudarse en el miedo a comprometerse.

En la sociedad de la información ya no es posible refugiarse en la ignorancia. Somos culpables de omisión y aún de servidumbre muda por no alzarnos contra la ignominia, la prepotencia, la codicia, el abuso de unos seres por otros y el escándalo atroz de que menos del 18% de la humanidad controla y disfruta del 82% de los bienes del planeta.

Culpables de que más de mil millones de seres padezcan hambre, ignorancia, enfermedad y exclusión por financieros sin escrúpulos, dirigentes corruptos y de colaboradores necesarios para que persista esta tragedia. No es posible permanecer callados por más tiempo. Ya nunca podremos decir que “no sabíamos” lo que sucedía, como tantos alemanes que prefirieron ignorar las sevicias y los crímenes de los nazis.

Acaso no sabemos que existe un cáncer que se extiende y corrompe a miles de millones de personas, a mares y a ríos, a la atmósfera, a los campos y a las tierras.

Lo vemos cada día en televisión, en el cine, en nuestro entorno, y callamos. Conocemos las cifras, en billones de dólares, del dinero del crimen organizado que lavan en nuestros bancos. Conocemos las denuncias inútiles y las promesas incumplidas para acabar de una vez con los paraísos fiscales. Acaso no sabemos a quiénes pertenecen esas ingentes cantidades de dinero que no cotizan a Hacienda, ni son reguladas ni controladas por poder social o político alguno.

Es que hay alguna persona formada y responsable socialmente que desconozca lo que se gasta en la industria del armamento que necesita y organiza guerras, alzamientos, invasiones y falsas liberaciones de países que poseen pero no administran los recursos minerales, vegetales y físicos que codician esos poderes ocultos. Acaso la inestabilidad en el Congo y otros países del África central y del empobrecido Sur obedecen a otra causa que a sus reservas de litio, col-tan, oro, uranio, hidrocarburos, cobalto, cobre, manganeso, bauxita, maderas y un enorme y lacerante etcétera.

Quién es responsable de la criminal invasión de Irak y por las infamias que propalaron desde las más altas instancias, Consejo de Seguridad incluido. Todo contra un supuesto terrorismo, contra inexistentes armas de destrucción masiva y contra un falso fundamentalismo islámico que sólo se desarrolló como reacción a una guerra de explotación y de reparto de las tareas de “reconstrucción civil” antes de bombardearlas.

Asistimos a los costes ingentes de una OTAN que perdió su razón de ser cuando fue disuelta la URSS. Al quedarse sin enemigo y sin objeto social, se reunieron en Washington para convertirla en el sheriff con patente de corso en todo el planeta al servicio de esos intereses nefastos.

Centros de poder que se sirven de políticos y de Estados a quienes han convertido en administradores y ejecutores de sus órdenes y garantes de sus intereses. Qué otra cosa ha sido la creación de la deuda externa que dejó exangües a decenas de Estados y a miles de millones de seres. Todo bajo la supervisión del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional que ahora pretenden dictar y controlar las economías de los estados para “reconstruir” su modelo de desarrollo económico, social y político.

Con Paulo Freire afirmamos que, en el conflicto entre el poderoso y el desposeído, el no intervenir no significa ser neutral sino ponerse del lado del poderoso.

* Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director del CCS fajardoccs@solidarios.org.es
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Los cables de Wikileaks muestran porqué Washington no permite la democracia en Haití

Por Mark Weisbrot
Codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR).


 La polarización del debate sobre Wikileaks en verdad es bastante simple. De todos los gobiernos del mundo, el gobierno de los Estados Unidos es hoy en día la mayor amenaza a la paz y seguridad mundial. Esto es obvio para cualquiera que examina los hechos con tan sólo una mínima cantidad de objetividad. Cientos de miles, o probablemente más de un millón de personas, han muerto gracias a la guerra en Irak. La guerra fue completamente innecesaria e injustificable, y basada en mentiras. Ahora Washington se acerca a una confrontación militar con Irán.

Como lo señaló en una entrevista Lawrence Wilkerson, el jefe de personal de Colin Powell, las preparaciones necesarias para poder conducir una guerra con Irán está más o menos al mismo nivel que la preparación para la guerra en Irak, en 1998.

Con eso en mente, aun si se ignora el tremendo daño que le hace Washington a los países en desarrollo en áreas como el desarrollo económico (a través de instituciones como el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio), o el cambio climático, es evidente que cualquier información que ilumina sobre la “diplomacia” de los Estados Unidos es útil. Tiene el potencial de ayudar a salvar millones de vidas humanas.

Uno entiende esto, o no lo entiende. El presidente Lula da Silva de Brasil, quién molestó a Washington el mayo pasado cuando intentó mediar la confrontación con Irán, lo entiende. Es por eso que defendió y declaró su “solidaridad” con el fundador de Wikileaks Julian Assange, a pesar de que los cables filtrados no fueron una lectura agradable para su gobierno.

Un área de la política exterior de los Estados Unidos que es iluminada por los cables de Wikileaks, el cual ha sido previsiblemente ignorado por los grandes medios, es la ocupación de Haití. En 2004, el presidente elegido democráticamente, Jean-Bertrand Aristide, fue derrocado por segunda vez por un esfuerzo liderado por el gobierno de Estados Unidos. Los funcionarios del gobierno constitucional fueron encarcelados y miles de sus seguidores fueron asesinados.

El golpe de Estado haitiano, aparte de ser una repetición del golpe contra Aristide de 1991, también fue muy similar al golpe fallido en Venezuela en 2002 – el cual también estuvo cubierto de las huellas de Washington. Hasta varias de las mismas personas en Washington estaban involucradas en ambos esfuerzos. Pero el golpe en Venezuela falló – en parte porque los gobiernos de América Latina inmediata y agresivamente declararon que no reconocerían el gobierno golpista.

En el caso de Haití, Washington aprendió de sus errores en el golpe venezolano y creó apoyo para un gobierno ilegítimo en avance al golpe. La ONU aprobó una resolución tan sólo días después del golpe, y fuerzas de la ONU, lideradas por Brasil, entraron al país. La misión sigue liderada por Brasil, y tiene tropas de varios otros países Latinoamericanos con gobiernos izquierdistas, incluyendo a Bolivia, Argentina y Uruguay. También son acompañados por Chile, Perú y Guatemala.

¿Acaso habrían enviado estos gobiernos tropas a ocupar a Venezuela si el golpe hubiera sido exitoso? Es obvio que no hubieran considerado tal medida, y sin embargo la ocupación de Haití no es más justificable. Los gobiernos progresistas de Sur América han fuertemente desafiado la política exterior de los Estados Unidos en la región y en el mundo, con algunos frecuentemente usando palabras como imperialismo o imperio como sinónimos para Washington. Han creado nuevas instituciones como UNASUR para prevenir este tipo de abuso desde el norte. Bolivia expulsó al embajador de los Estados Unidos en septiembre del 2008 por interferir en sus asuntos internos.

¿Será porque los haitianos son pobres y negros que se les puede pisotear sus más fundamentales derechos humanos y democráticos?

La participación de estos gobiernos en la ocupación de Haití es una grave contradicción política, y está empeorando. Los cables de Wikileaks demuestran la importancia para los Estados Unidos de controlar Haití.

Una larga nota de la embajada de los Estados Unidos en Port-au-Prince al Secretario de Estado responde detalladas preguntas sobre la vida política y personal del presidente de Haití, Rene Preval, incluyendo preguntas de suma importancia para la seguridad nacional como, “¿Cuántos tragos se puede tomar Preval antes de mostrar signos de embriaguez?” También expresa una de las principales preocupaciones de Washington:

“su nacionalismo reflexivo, y su desinterés en dirigir relaciones bilaterales en un sentido diplomático general, causará frecuentes fricciones al avanzar con nuestra agenda bilateral. Por ejemplo, creemos que en términos de política exterior, el mayor interés de Preval es recibir asistencia de cualquier recurso disponible. Es probable que él sienta la tentación de formular su relación con Venezuela y los aliados de Chávez en el hemisferio de tal manera que espere crear un ambiente competitivo para ver quién pueda darle más a Haití.”

Es por eso que se deshicieron de Aristide – quién estaba mucho más a la izquierda que Preval – y no lo dejan volver al país. Es por eso que Washington financió las recientes “elecciones” que excluyeron al partido político más grande de Haití, el equivalente de dejar fuera a los Demócratas o Republicanos en los Estados Unidos. Y es por eso que MINUSTAH sigue su ocupación del país, más de seis años después del golpe, sin una obvia misión fuera de reemplazar al odiado ejército haitiano – el que fue abolido por Aristide – como un instrumento de represión.

Los que no entienden la política exterior de los Estados Unidos piensan que controlar a Haití no le importa a Washington porque es tan pobre y no posee minerales o recursos estratégicos. Pero Washington no funciona de esa manera, tal como lo demuestran repetidamente los cables de Wikileaks. Para el departamento de Estado y sus aliados, todo es un despiadado juego de ajedrez, y los peones importan. Gobiernos izquierdistas serán eliminados y prevenidos de tomar el poder donde sea posible; y los países más pobres – como Honduras el año pasado – son los blancos más fáciles. Un gobierno elegido democráticamente en Haití sería inevitablemente de izquierda dado la historia y la conciencia de la población – y uno que no se alinearía con las prioridades geopolíticas de Washington. La democracia, por lo tanto, no es permitida.

Miles de haitianos han estado protestando las falsas elecciones y el rol de MINUSTAH en causar la epidemia de cólera, la cual ya ha matado a más de 2.300 personas y que puede esperarse a que mate a miles más en los próximos meses y años. Considerando la rápida propagación de la enfermedad, puede que haya habido grave negligencia criminal de parte de MINUSTAH – por ejemplo el deshacerse de grandes cantidades de desechos humanos en el río Artibonite. Ésta es otra grande razón para que se larguen de Haití.

Ésta es una misión que cuesta más de 500 millones de dólares al año, al mismo tiempo que la ONU ni siquiera puede recaudar la mitad de esa cantidad para combatir la epidemia que su propia misión ayudó causar, o para suministrarle agua limpia a los haitianos. Y ahora la ONU está pidiendo un aumento al presupuesto de MINUSTAH a más de 850 millones de dólares.

Es tiempo que los gobiernos progresistas de América Latina terminen ésta ocupación, la cual va en contra de sus propios principios e ideales, y va en contra de la voluntad del pueblo haitiano.
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viernes, 17 de diciembre de 2010

LOS SENADORES QUE VOTARON A FAVOR Y LOS QUE VOTARON EN CONTRA DE LA EDUCACIÓN

Rechacemos a estos cobra cheques (los de ellos y los de otros), partía de ineptos... y quizás mejor, tírenle piedras cuando puedan... ¡cuántos bandidos! Y el uniforme blanco, ¿qué significa? Ah, es que les recuerda su verdadera vocación: ¡Meseros de restaurantes para esnobs! ¡Balsa de ridículos! Porque pureza ciertamente que no es...


¡Despierta pueblo dominicano!
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jueves, 2 de diciembre de 2010

Lamentable declaración del vicepresidente Alburquerque

¿ES QUE ALBURQUERQUE HA PERDIDO EL RESPETO A SI MISMO?

Que no vengan con cuentos para justificar deficiencias

Por TEOFILO QUICO TABAR

El Vicepresidente Alburquerque, en evidente actividad política que podrían mantenerlo desinformado de muchos asuntos que ocurren en el gobierno, sin darse cuenta ha dejado de lado la imagen de persona prudente que los que lo conocen le asignan, emitiendo declaraciones en el sentido de que el responsable de que no se le otorgue el 4% a la Secretaría de Educación es el PRD.

Esa opinión enseña claramente lo que la política es capaz de lograr cuando las mentes se obnubilan, porque si eso lo hubiese dicho Alburquerque en noviembre del 2004, fuera cierto o no, cualquiera lo hubiese considerado como un argumento con alguna posibilidad de ser tomado en cuenta, pero hacerlo seis años después, más que extraño suena como algo de corte puramente politiquero.

Por situaciones como esta es que algunos dicen que la política tiende a enceguecer y a fanatizar; los pone incluso a ver las cosas totalmente diferentes a la realidad, como parece ser que está ocurriendo con el Vice Alburquerque, que ignora o por lo menos disimula los desastres que ocurren en casi todas las esferas gubernamentales, en el orden moral y ético, en el uso indiscriminado de los bienes en afanes políticos, para no mencionar la situación de intranquilidad que viven todos los sectores y en todos los lugares.

Hablar ahora de que los culpables de la situación porque atraviesa la educación nacional son los perredeístas, luce como quien admite que su gobierno se siente incapaz de resolver los problemas. Pretender continuar el camino equivocado de echarle la culpa de lo que ocurre a los demás, es algo que no funciona, más bien se convierte en algo risible, y esa no es la imagen que teníamos de Alburquerque.

Si el gobierno tiene otras prioridades, si no cree que aumentando recursos se pueden paliar parte de los problemas que enfrenta educación, que indudablemente son muchos y complejos, que lo digan claramente. Que tengan la delicadeza de explicarle al país el porqué de esas conceptualizaciones, pero que no vengan con cuentos manoseados para justificar deficiencias.
Soy de los que opina que con solo aumentar el presupuesto de la Secretaría de Educación no se resuelven los problemas educativos del país. Coincido con los que así opinan, pero quedando claro, que sin aumento de recursos se hace imposible que los otros aspectos integrales del sistema educativo se puedan solucionar.

Existen muchos problemas, pero lamentablemente para enfrentarlos y buscarle soluciones, todos o casi todos, se requiere de los recursos necesarios, por lo que se hace indispensable que el gobierno y el Congreso reaccionen positivamente y reestructuren el presupuesto, eliminando partidas no esenciales y disminuyendo otros renglones que aunque necesarios, no tienen la importancia de la educación para el presente y futuro del país.

Los argumentos que el Vicepresidente Alburquerque quiso utilizar para evitar que al gobierno le caigan más problemas encima, pretendiendo acusar a otros de su fracaso, resultan lamentables.

1 Diciembre 2010, 10:54 PM
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Filosofía de la Educación y 4%

Se trata justificar incumplimiento ley otorga 4% del PIB a educación

Por HUGO TOLENTINO DIPP

Una vez más el Presidente Leonel Fernández Reyna provocó el asombro de los dominicanos al “conceptualizar” que en la “República Dominicana no tenemos una filosofía compartida por la sociedad dominicana que defina los contenidos curriculares del sistema escolar del país”.

Ese descubrimiento, repentino y desobligado, induce a pensar en una tomadura de pelo o en una confesión de incapacidad y diletantismo verboso en el ejercicio gubernamental. Y esto último, en razón de que el Presidente Leonel Fernández ha gobernado este país durante diez años y súbitamente, en el almuerzo de la Asociación de Industriales de la Región Norte, se descolgó por el argumento de la falta de filosofía del sistema educativo, tratando de justificar el incumplimiento de la ley que otorga el 4% del Producto Interno Bruto a la educación nacional.

A la frase anterior, el Presidente Fernández agregó esta perla: “yo pido enriquecer el debate no relacionado a un problema de dinero. La educación es un tema demasiado importante para que solo pueda ser resuelto en una discusión sobre dinero, es diferir la filosofía educativa y curriculares.” ¿Y entonces, acaso piensa el Presidente Fernández reabrir el costoso y despilfarrador foro en el que fue elaborado inútilmente el plan de Nación para insuflarle “filosofía” a la educación nacional?

Ante tanta parlería populista, se pregunta uno si el Presidente Fernández recuerda hoy sus acertijos de ayer. ¿Acaso no expresó en la tribuna de las Naciones Unidas que en la República Dominicana acontecía una revolución en materia educacional? ¿Revolución sin filosofía? ¿O equivocó el término y quiso decir involución educacional?

Nadie en este país ignora que el problema no es sólo de dinero, los dominicanos saben muy bien, más de lo que cree el primer magistrado, que la “conceptualización” de los problemas concernientes a una educación bien orientada precisa de una planificación a partir de un razonamiento idóneo (“¿filosófico?”).

De manera ineluctable, en materia educacional, consciente o inconscientemente, de uno u otro credo, siempre predomina una determinada filosofía. Ningún ámbito de la vida humana carece de causas, de intereses, de convicciones que se erigen en fórmulas ideológicas. Lo que en verdad sucede en el gobierno del Presidente Fernández es que la filosofía transcendente parece ser aquella que tiende a patrocinar, con decidido empeño, la opulencia de las faltriqueras de sus válidos y a desdeñar el 4 % favorable a la instrucción Nacional.

En la prensa de estos días han sido publicadas las recomendaciones hechas al gobierno por el muy conocido intelectual francés Jacques Attali. Y en lo que toca a la educación su pensamiento no pudo ser más claro: El 4% para la educación es, a todas luces, imprescindible para evitar que el sistema educacional continúe en franco deterioro. Nadie debe poner en duda la capacidad del pensador galo, pero el Presidente Fernández pudo haberle economizado al pueblo los gastos que conllevó esa asesoría si le hubiese puesto atención a los análisis y recomendaciones que sobre ese y otros temas le ha hecho el magnífico informe de la oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Ese estudio fue llevado a cabo “a solicitud del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo”, es decir, a petición del propio gobierno del Señor Leonel Fernández.

Pero nunca es tarde, en la parte de ese informe atinente a la política social, puede todavía el Presidente encontrar sustancia suficiente para “conceptualizar” una nueva filosofía educacional. Expresa a ese tenor el informe que la educación “se entiende como un derecho humano y como bien público irrenunciable e indispensable para el pleno desarrollo del ser humano, el cual a su vez hace posible el ejercicio de otros derechos (políticos, civiles y sociales) y, en consecuencia, de la ciudadanía.” Y agrega a seguidas: “Como un derecho, consagrado incluso en la Constitución dominicana, se diferencia de un servicio, por cuanto el Estado tiene la obligación de respetar, asegurar, proteger y promover. Como un servicio, la educación puede ser diferida, pospuesta y hasta negada, mientras que un derecho es exigible y justiciable por las consecuencias que se derivan de su violación o irrespeto.” Y a propósito de la Constitución, no le será difícil al Presidente Fernández recordar las pautas “filosóficas” que a ese respecto incluye ese texto. Reza la Carta Magna en su Artículo 63: “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes vocacionales y aspiraciones”. Y continúa: “La educación tiene por objetivo la formulación integral del ser humano a lo largo de toda su vida y debe orientarse hacia el desarrollo de su potencial creativo y de sus valores éticos.” Valores éticos, excelente consejo.

En fin, que de filosofía tenemos en demasía, lo que falta es el cumplimiento de la Ley que le atribuye a la educación nacional un 4% del Producto Interno Bruto.

1 Diciembre 2010, 10:55 PM

Hoy
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miércoles, 1 de diciembre de 2010

JUAN BOSCH: EL PRÓLOGO

Los dominicanos que lean este libro, como los que vieron el documental fílmico que le dio origen, tienen hoy la fortuna de conocer de primera mano muchas de las imágenes y documentos que registran los inicios de la construcción de la democracia dominicana. René Fortunato ha escrito un libro de historia. Sus trabajos fílmicos son la obra de un cineasta, es verdad, pero también reflejan el espíritu y el método del verdadero historiador. Admiro los trabajos de Fortunato porque son muestras de una nueva forma de rescatar, reconstruir y narrar la historia dominicana.


LECTURAS: Historia y memoria por Frank Moya Pons

Juan Bosch, al igual que muchos otros grandes hombres, fue un ser sumamente complejo. Lo fue en su biografía y lo fue en su personalidad. No podía ser persona simple el joven escritor que produjo La Mañosa, la novela de las revoluciones, en 1934. Tampoco podía serlo el compilador de las Obras Completas de Eugenio María de Hostos cuando fue contratado para editarlas contando apenas con 29 años de edad.

En décadas posteriores, y viviendo en el exilio desde 1938, Bosch fue madurando como escritor y político. Participó en los trabajos organizativos de la abortada expedición de Cayo Confites que lideraba Juan Rodríguez, y allí conoció al joven revolucionario Fidel Castro. Trabajó como asistente del Presidente Carlos Prío Socarrás, en Cuba, en una época en que se destacó en aquel país como ensayista y cuentista de primer orden.

Para entonces ya había participado, junto con otros exiliados, en la organización del Partido Revolucionario Dominicano y llevaba a cabo un intenso activismo antitrujillista en toda la región del Caribe y Centroamérica.

De aquellos años de exilio son sus obras Mujeres en la vida de Hostos; Cuba, isla fascinante; y Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo, así como la mayoría de sus cuentos que describen con profunda humanidad la vida y tragedias de los de abajo, de los que quedaron marginados del progreso, de los que no tenían otra historia que su pobreza y su angustia existencial.

Bosch fue un autodidacta, tanto en lo que aprendió como en lo que escribió. Compensaba sus grandes vacíos académicos con una inteligencia superior y una intuición clarividente. Veía las cosas y comprendía inmediatamente sus conexiones más profundas.

Carente de los aparatos conceptuales de las ciencias sociales, elaboraba sus explicaciones literariamente mediante la construcción de brillantes y sugerentes metáforas o avanzando tesis intelectuales deslumbrantes y provocadoras.

Leía mucho y escribía mucho más. Publicaba cuentos y artículos políticos en las revistas de La Habana, México y Caracas, y se reunía constantemente con sus relacionados políticos en el exilio.

Viajaba continuamente buscando alianzas con otros líderes demócratas y se le veía un día en Venezuela, otro en Costa Rica y más adelante Cuba. Sus viajes y actividades eran objeto de la atención de los servicios de inteligencia estadounidenses y de otros países, incluido, claro está, el servicio de espionaje del dictador Trujillo.

Entonces Bosch era demócrata, creía en la democracia representativa como forma ideal de gobierno y combatía la dictadura en cualquiera de sus formas. Admiraba el sistema político norteamericano y consideraba ejemplar la democracia costarricense establecida por José Figueres y su partido después de la revolución de 1948 en ese país.

Su intenso activismo lo llevó a relacionarse con muchos de los grandes líderes democráticos caribeños y latinoamericanos después de la Segunda Guerra Mundial. Además de Figueres fue amigo de Rómulo Betancourt y Luis Muñoz Marín, todos enemigos de Trujillo y amigos de la causa democrática dominicana.

Estando Bosch en Costa Rica ocurrió el asesinato del dictador el 30 de mayo de 1961. Se encontraba en aquel país dictando unas charlas sobre organización y acción política por invitación del Instituto de Estudios Políticos del Partido de Liberación Nacional, creado por el Presidente Figueres.

Allí, junto con otros exiliados, tomó la decisión de regresar al país a encabezar la lucha para concluir el derrocamiento del régimen trujillista y ayudar a construir una democracia en la República Dominicana.

Uno de los presentes en aquellas históricas reuniones era el periodista Julio César Martínez, quien escribió años más tarde que este grupo de hombres que representaba al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fundado en Cuba en 1939, decidió una estrategia en dos pasos.

Primero viajaría al país una comisión encabezada por Nicolás Silfa, Ángel Miolán y Ramón Castillo para negociar las condiciones de participación del PRD en el proceso de apertura política que prometían Ramfis Trujillo, el hijo del dictador, y el Presidente de la República Joaquín Balaguer. Luego les seguiría Juan Bosch, como líder del grupo y del partido.

Martínez recuerda que él observó que en un país tan acostumbrado a las ceremonias y los rituales del poder, como era la República Dominicana de entonces, los títulos de Jefe, Don, Señor, Licenciado, Doctor, Ingeniero, General, y otros, marcaban una señal de distinción y respetabilidad entre sus poseedores, y que "Juanito", Juan Bosch, no tenía título universitario ni social ni militar.

Por lo tanto, había que ponerle un título que lo distinguiera, al igual que ocurría entre los miembros de la élite social dominicana. En vista de que Bosch había estado enseñando en Costa Rica, y había dado muchas conferencias durante su largo exilio de 23 años, el título que mejor le cuadraba era el de "Profesor".

Por ello, los primeros comisionados del PRD anunciaron a su llegada el pronto retorno al país del "Profesor Juan Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano". Ellos eran los profetas de un mesías político que vendría a imponer un orden nuevo en la República Dominicana.

Bosch tomó muy en serio su papel de profesor y regresó al país predicando un credo nuevo nunca antes escuchado ni conocido por las masas dominicanas, un credo político que enfatizaba la soberanía del pueblo por encima de la élite (los "tutumpotes"), un credo que sostenía que al gobierno se llega legítimamente por medio de elecciones (no mediante componendas de alcoba ni por golpes de Estado), un credo que sostenía que al gobierno se iba a servir al pueblo (no a robar ni a enriquecerse ilícitamente).

Contrariando la práctica política prevaleciente que consistía en arrastrar a las masas desde arriba mediante el miedo y la intimidación, Bosch decidió predicarle a las masas dominicanas con ideas sobre su condición económica y social, utilizando la radio, el único instrumento disponible entonces para llegar a las grandes mayorías nacionales.

Bosch adoptó un discurso elemental y pedagógico que encantaba a la gente común y corriente, pero que ofendía a los "cultos". Estos últimos se burlaban de él diciendo que Bosch hablaba como si el pueblo fuera totalmente ignorante, pero Bosch seguía adelante con una sola meta en mente: dar lecciones de democracia y ganar las primeras elecciones libres que debían celebrarse el 20 de diciembre de 1962.

Estas elecciones debían ser organizadas por un Consejo de Estado de siete miembros que asumió el poder en enero de 1962 y sustituyó la maquinaria política trujillista que hasta entonces encabezaba Joaquín Balaguer.
En once meses, Bosch, anteriormente un desconocido para casi todo el pueblo dominicano, logró hacerse entender y consiguió crear una nueva conciencia política en la mayoría de la población.

Lo acusaron de todo entonces: de haber sido contrabandista de chinos en el gobierno de Prío Socarrás, de haber engañado a Trujillo, de ser espía norteamericano, de ser un agente del comunismo internacional, de ser enemigo de los ricos y de la Iglesia Católica, de ser ateo, de fomentar la lucha de clases.

Bosch, sin embargo, seguía adelante con sus discursos radiales emitidos casi diariamente. Hablaba inspirado como un iluminado, como un mesías político, aprovechando cada uno de los errores de sus adversarios, señalándole al pueblo los orígenes históricos de su atraso, de su pobreza, del subdesarrollo dominicano. Creando conciencia política, en pocas palabras.

Por ello Bosch ganó las elecciones abrumadoramente superando en un 50 por ciento los votos de su contendor más cercano, el Dr. Viriato Fiallo, candidato de la Unión Cívica Nacional, partido que respaldaba la élite económica y social del país y un segmento importante del campesinado, sobre todo el campesinado cibaeño.

Tanto la llegada de Juan Bosch a la presidencia como su conducta personal y manejo del Estado durante los meses siguientes son el foco de este libro que René Fortunato escribió como guión para su famoso y exitoso documental cinematográfico titulado "Bosch, Presidente en la Frontera Imperial", estrenado en el Teatro Nacional de Santo Domingo el 30 de marzo del 2009.

Como podrá observar el lector, esta obra constituye la fuente gráfica y cronológica más completa que se ha publicado acerca del gobierno de Juan Bosch, pero más que una cronología y una colección de fotos este libro contiene una emocionante y apasionada narrativa del primer gobierno democrático elegido libremente después de la muerte de Trujillo.

Este gobierno fue derrocado por una amplia coalición de empresarios, clérigos, militares, sindicalistas, periodistas, intelectuales y políticos que no comulgaban con el credo democrático de Juan Bosch.

Este presidente fue abandonado hasta por sus propios compañeros de partido a medida que ganaba terreno la propaganda antiboschista y al paso, también, en que Bosch cometía errores políticos que contrastaban mucho con la brillantez de su campaña electoral.

El Bosch presidente fue muy coherente ideológicamente con el Bosch candidato, pero su compleja personalidad le llevó a enfrentar numerosos grupos que no comprendían o rechazaban su extrema rigidez política. También fue muy coherente Bosch con su código de ética que contrastaba visiblemente con la doble moral política de muchos dominicanos.

El Bosch presidente continuó actuando en muchos terrenos como si fuese todavía candidato. Continuó predicando desde la presidencia como si hablara como maestro rural y no como un presidente de la República.

Lejos de pactar con sus adversarios, continuó enfrentándolos desde el poder, denunciándolos, irritándolos y provocándolos, llegando incluso a anunciar, desde antes de tomar posesión, y varias veces durante su presidencia, que sus enemigos planeaban tumbarlo y vaticinando que, efectivamente, terminarían derrocándolo.

Aquello funcionó como una profecía auto-realizable en la cual Bosch mismo contribuyó en gran medida pues su combate político se desenvolvió más en el terreno verbal e ideológico que en los hechos.

Temiéndole a las Fuerzas Armadas, mantuvo en sus posiciones a los más temidos generales y oficiales superiores de la dictadura de Trujillo, muchos de los cuales eran reconocidos asesinos.

Respetó y protegió a los grupos más recalcitrantes de la extrema izquierda, dirigidos por comunistas que no creían en la democracia representativa y que también planeaban derrocarlo para instalar en el país una segunda versión de la revolución cubana.

Ante las demandas que le hacían los grupos conservadores dominicanos y el gobierno de los Estados Unidos para que deportara o reprimiera a los comunistas, Bosch contestaba que, en una democracia, todos tenían derecho a la participación política y se negaba a deportar a ciudadanos dominicanos por razones políticas, aunque fuesen comunistas.

Bosch fue acusado numerosas veces, tanto en el país como en el extranjero, de ser "flojo con los comunistas, y ese fue uno de los pretextos utilizados para justificar su derrocamiento.

Su compleja personalidad confundía hasta a sus propios colaboradores dentro y fuera del gobierno. Sus ministros le criticaban veladamente. A unos les mortificaba la rigidez de su carácter, mientras a otros les preocupaba su falta de sentido práctico o su alejamiento casi total con la estructura dirigencial de su partido.

Bosch decía que estaba gobernando para todos los dominicanos, no para su partido. Esto hacía que sus correligionarios se sintieran abandonados o traicionados, cosa que se hizo visible al producirse su derrocamiento pues muy pocos perredeístas salieron a defender su gobierno y, algunos, por el contrario, hasta justificaron el golpe de Estado.

Todos estos detalles, y muchos más, son retratados sintéticamente por René Fortunato en esta espléndida obra que no deja ningún ángulo de aquel gobierno revolucionario sin tratar.

Decimos revolucionario porque, en efecto, eso fue el gobierno de Juan Bosch en el contexto de la época. Debemos recordar que el país apenas salía de la más larga y cruenta tiranía de América que impuso a los dominicanos un régimen totalitario de 31 años que conformó una cultura política refractaria al ideal democrático.

Tratar de imponer una democracia al estilo de la costarricense era tan revolucionario entonces como el experimento revolucionario marxista-leninista que se realizaba en Cuba bajo el mando de Fidel Castro.
Por eso Bosch hablaba de su empeño de desarrollar en la República Dominicana una "democracia revolucionaria", y por eso es tan loable y acertada la decisión de René Fortunato de titular este libro con ese título.

Las imágenes y documentos del gobierno constitucional de Bosch en 1963 constituyen una verdadera pieza historiográfica de mayor calidad que esos libros laudatorios escritos por advenedizos políticos que buscan acercarse hoy a un Bosch muy distinto al que retrata esta obra.

Repetimos que Bosch fue un hombre extremadamente complejo y que su biografía refleja esa complejidad psicológica e intelectual que fue evolucionando con los años y que nos dejó muchos Bosch muy distintos uno del otro.

El Bosch de este libro es muy distinto al del exilio en Cuba, o al que regresó al país después de la guerra civil de 1965 amargado por la traición de sus antiguos aliados y desencantado con los Estados Unidos por el pragmatismo golpista de los dirigentes de ese país que le negaron apoyo para restituir su proyecto constitucionalista y democrático.

Bosch continuó evolucionando después que retornó al exilio en 1967. Por ello, cuando regresó al país en 1970, era un político muy distinto al Bosch anterior que había predicado durante años el evangelio de la democracia representativa.

Bosch se hizo marxista y abjuró entonces de la democracia representativa. Propuso entonces a su partido trabajar para instituir en el país una "dictadura con apoyo popular", que debía ser un régimen antiimperialista que luchara por la "liberación nacional", aunque de manera distinta a como proponían los partidos comunistas ortodoxos de entonces.

Combatiendo el gobierno dictatorial de Balaguer durante los doce años, que van de 1966 a 1978, Bosch continuó radicalizándose. En 1973 renunció al Partido Revolucionario Dominicano y con un grupo de fieles seguidores formó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), dando inicio a una historia política que hoy es muy conocida.

Ese Bosch que construyó este nuevo partido fue también muy distinto al que se radicalizó aún más después de 1978 cuando hizo más explícito su credo "marxista-no-leninista" y selló pactos con muchos militantes de los antiguos grupos de extrema izquierda para reforzar los cuadros de su partido.

Hubo, finalmente, otro Bosch, que muchos preferirían olvidar hoy, y es el Bosch de la senectud: el hombre que a finales de los ochenta empezó a manifestar síntomas del mal de Alzheimer y que daba continuas muestras de intolerancia y amargura; el político rabioso que peleaba constantemente con sus antiguos amigos, con los miembros de su propio partido, con los periodistas y con los demás políticos; el hombre noble, pero resentido, que fue cayendo lenta e inexorablemente en la decrepitud, como ocurre con tantas cosas en la vida.

Este último Bosch dista mucho, muchísimo, del que René Fortunato retrata en este libro. El Bosch de Fortunato es el Bosch brillante y luminoso, el maestro de la democracia representativa, el pensador y político liberal, el orador deslumbrante y didáctico, el Presidente honesto más allá de lo razonable, el líder político rígidamente coherente con su credo democrático, el verdadero padre de la democracia dominicana.

Los dominicanos que lean este libro, como los que vieron el documental fílmico que le dio origen, tienen hoy la fortuna de conocer de primera mano muchas de las imágenes y documentos que registran los inicios de la construcción de la democracia dominicana.

René Fortunato ha escrito un libro de historia. Sus trabajos fílmicos son la obra de un cineasta, es verdad, pero también reflejan el espíritu y el método del verdadero historiador. Admiro los trabajos de Fortunato porque son muestras de una nueva forma de rescatar, reconstruir y narrar la historia dominicana.

Sus filmes documentales están basados en una intensa labor de búsqueda en archivos, bibliotecas, filmotecas, discotecas, así como en numerosas entrevistas. Su labor de investigación puede compararse muy favorablemente con la que realizan los historiadores cuando trabajan para escribir sus libros.

La diferencia entre uno y otro tipo de ocupación reside en que la labor de Fortunato es más compleja, más difícil y, si se quiere, más impactante pues con sus documentales, este "Historiador de la Imagen y el Sonido" ha demostrado que puede llegar más lejos que muchos historiadores.
Felicito muy calurosamente a René Fortunato por la dedicación que le ha puesto a la producción de esta obra y por la valentía con que ha sabido narrar uno de los períodos más importantes de la historia dominicana contemporánea.

El Bosch de este libro es muy distinto al del exilio en Cuba, o al que regresó al país después de la guerra civil de 1965 amargado por la traición de sus antiguos aliados y desencantado con los Estados Unidos por el pragmatismo golpista de los dirigentes de ese país que le negaron apoyo para restituir su proyecto constitucionalista y democrático.

Diario Libre, Santo Domingo, 25 de septiembre 2010
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