domingo, 31 de enero de 2010

Jimmy Valdez gana Premio Literario Letras de Ultramar

Jimmy Valdez y Carlos Sánchez, Comisionado de Cultura.
NUEVA YORK —La redonda peña despeñada, obra de teatro del escritor dominicano Jimmy Valdez, fue declarada ganadora del Concurso Literario Letras de Ultramar, por un jurado compuesto por los escritores Abniel Marat y Héctor Luis Rivera (puertorriqueños), y Julissa Rivera (dominicana).

El anuncio fue hecho el sábado 30 de enero de 2010, en la sala de eventos Andrés Francisco Requena, del Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos, localizada en el 541 West de la calle 145, 2do. piso, casi esquina Broadway, en Manhattan.

El Laudo del jurado expresó que la obra, La redonda peña despeñada, fue escogida por su contribución a la Dramaturgia Latinoamericana en la evolución de las técnicas dramáticas, por sus altos niveles de experimentación desde el punto de vista de la estructura dramática, por la construcción de los personajes en planos distintos y simultáneos, el manejo de la acción y la presentación del conflicto.

Indica además que la obra construye una propuesta sugerente, construida desde la otredad, la fragmentación y el caos.

Jimmy Valdez es poeta dominicano residente en Nueva York. Varios de sus trabajos poéticos han sido publicados en antologías, revistas y la Internet. Además, ha publicado artículos políticos y sociales en distintos periódicos locales e internacionales y en la Internet. Estudió Economía Política en Henry George School. Es licenciado en pedagogía (Estudios Sociales) por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (recinto de Mao, CURNO). Tiene publicado el poemario Para todos, sin importar los que fumen. También tiene dos poemarios inéditos, Tantas lluvias como pájaros y Maruja.

El comisionado dominicano de Cultura, Carlos Sánchez, felicitó a Valdez por su triunfo, y anunció la entrega del premio en un acto a celebrarse el 27 de marzo, Día Internacional del Teatro.

Letras de Ultramar, auspiciado por la Secretaría de Estado de Cultura de República Dominicana a través del Comisionado, tiene un premio en metálico de US$ 5,000 dólares y un certificado. El ganador participará además en calidad de Invitado de Honor en la XIII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2010, a celebrarse en el mes de abril de este año.

El Concurso Literario Letras de Ultramar, dirigido a incentivar, reconocer y promover la creación literaria de los escritores dominicanos que por diversos motivos han establecido su residencia fuera de su lar nativo, fue convocado en su primera versión el año 2005 para el género Poesía, y el libro ganador fue Saint Domingue, 2044, del poeta dominicano Osiris Vallejo. En 2006, la convocatoria se hizo en Cuento, resultando ganador el libro Reminiscencias, del escritor dominicano Keiselim A. Montás. En novela, Dinorah Coronado ganó con la obra A la sombra del flamboyán, en 2007. Y en ensayo, con La mujer dominicana: inmigrante en busca de la igualdad, ganó Antonio A. Méndez.

La obra ganadora será publicada por la Editora Nacional, en la Colección de Ultramar, y presentada formalmente como parte del programa de la XIII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2010.

Para más información, llamar al (212) 234-8149, o visite nuestra página de Internet: www.codocul.com


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sábado, 30 de enero de 2010

Howard Zinn: Un Tesoro radical

Por BOB HERBERT
The New York Times

Yo almorcé con Howard Zinn hace solo unas semanas, y raras veces me he divertido tanto mientras hablaba de una diversidad de temas tan desagradables: el triste estado de la política y el gobierno en los Estados Unidos, la futilidad trágica de nuestra intensificación en Afganistán, la difícil situación de la clase trabajadora en una economía arreglada para beneficiar a los ricos y poderosos.

El Sr. Zinn podía hablar de todo eso y más sin perder el sentido del humor. Él fue el historiador cuya amplia y contagiosa sonrisa le acompañó siempre. Su muerte esta semana, a la edad de 87 años, fue una pérdida que debió llamar mucho más la atención a una prensa que malgasta una cantidad excesiva de su tiempo absurdamente obsesionada con lo que haga Tiger Woods y John Edwards.

Al Sr. Zinn le preocupaba el presente estado de cosas, pero no se desesperaba. “Si va a haber cambio; cambio real,”, decía, “va a tener que surgir desde abajo, directamente desde el pueblo. Así es como ocurre el cambio”.

Estábamos en un restaurant en el hotel Warwick, en Manhattan. Con nosotros estaba Anthony Arnove, quien ha trabajado de cerca con el Sr. Zinn en años recientes y quien colaboró en su último gran proyecto: “El pueblo habla” (The People Speak). Una película en que actores bien conocidos personifican las inspiradoras palabras de ciudadanos comunes cuya lucha llevó a algunos de los cambios más profundos en la historia de la nación. Piense en aquellos que se unieron a, y en muchos casos se convirtieron en líderes de, el movimiento abolicionista, el movimiento del trabajo, el movimiento de los derechos civiles, la revolución feminista, el movimiento gay, y así sucesivamente.

Piense en lo que sería de este país si esos ciudadanos ordinarios no se hubiesen preocupado por luchar y, en ocasiones hasta morir, por lo que creían. El Sr. Zinn se refiere a ellos como “las personas que han dado a este país la democracia y libertad que tenemos”.

Nuestra tendencia es desestimar a estos verdaderos héroes americanos, así como desestimábamos a Howard Zinn. En la bobalicona era en que vivimos, está de moda, por ejemplo, echar pestes acerca de los sindicatos de trabajadores y las feministas, aun cuando los trabajadores a lo largo de la nación son tratados como basura y la cultura está tan saturada de sexismo que la mayoría de personas ni lo notan. (Para muestra basta un botón: hay una cadena de restaurantes llamada “Hooters” (Tetas), ¡de por Dios!).

Siempre me pregunté por qué Howard Zinn era considerado un radical. (Él se tildaba a sí mismo de serlo). Era él un hombre extremadamente decente que se sintió obligado a confrontar la injusticia y la desigualdad donde la encontrara. ¿Qué hay de radical en creer que los trabajadores deben recibir un tratamiento justo en el trabajo, que las corporaciones tienen demasiado poder sobre nuestras vidas y demasiada influencia en el gobierno, que las guerras son tan asesinas y destructivas que debemos encontrar otras alternativas a ellas, que los negros y otras minorías étnicas deben tener los mismos derechos que los blancos, que los intereses de los poderosos líderes políticos y las elites corporativas no son los mismos de las personas ordinarias que están luchando semana tras semana por sobrevivir?

Al Sr. Zinn a menudo le leyeron la cartilla por quitar la fachada rosada de mucha de la historia americana para revelar realidades sórdidas que han estado escondidas por demasiado tiempo. Al escribir acerca de Andrew Jackson en su libro más famoso, “A People’s History of the United States” (“Una historia del pueblo de los Estados Unidos”), publicada en 1980, dice el Sr. Zinn:

“Si usted lee los libros de textos de la historia americana de las escuelas elementales y secundarias, encontrará a Jackson el hombre de la frontera, el soldado, el demócrata, el hombre del pueblo; no el propietario de esclavos, el especulador de tierras, el verdugo de soldados disidentes, el exterminador de indios”.

¿Radical? No precisamente.

El Sr. Zinn protestó pacíficamente por cuestiones importantes en las que creía: en contra de la segregación racial, por ejemplo, o en contra de la guerra en Vietnam, y a veces fue arrestado y golpeado por ello. Él fue un hombre de un carácter excepcionalmente fuerte, quien trabajó duro mientras crecía en Brooklyn durante la Depresión. Fue piloto bombardero en la Segunda Guerra Mundial, y de la experiencia de los horrores no adulterados de la guerra nació la fundación de su búsqueda por soluciones pacíficas a los conflictos, lo que le acompañó por el resto de su vida.

Él tenía una Hermosa familia y la adoraba. Él y su esposa, Roslyn, conocida como Roz, se casaron en 1944 y fueron inseparables por más de seis décadas hasta que ella murió, en 2008. Ella fue también una activista y su editora. “Nunca le enseñé mi trabajo a nadie más que a ella”, decía.

Tuvieron dos hijos y cinco nietos.

El Sr. Zinn estaba en Santa Mónica esta semana, descansando después de un año de trabajo y viajes agotador, cuando sufrió un ataque al corazón y murió el miércoles, 27 de enero de 2010. Él fue un tesoro y una inspiración. Que fuera considerado radical, dice más acerca de esta sociedad que acerca de él.

Opinión editorial aparecida en The New York Times, el 29 de enero de 2010, cuyo título original es A Radical Treasure; traducido del inglés por Isaías Ferreira (metransol@yahoo.com).
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jueves, 28 de enero de 2010

Carta de Rodolfo Espinal en defensa de la República Dominicana

Don Rodolfo Espinal, con más de 30 años dedicado a la comunicación nacional, maestro de ceremonia por excelencia, un profesional a carta cabal, un hombre humilde, colaborador, honrado y muy caballeroso, es sin equivocarnos un baluarte, un gran ejemplo de perseverancia, uno de los hombres más valiosos que tiene la comunicación nacional, un periodista capaz, justo e/imparcial, ejemplo para la presente y futuras generaciones de la comunicación nacional.

Santo Domingo, República Dominicana
17 de enero 2010

Sr. Vittorio Feltri
Director
IL GIORNALE
direttoreweb@ilgiornale.it
Italia

Una buena amiga, representante de la comunidad dominicana residente en Italia, nos hizo llegar una copia del artículo publicado por su destacado periódico, Il Giornale, el pasado 15 de enero, con un titular semejante a otros titulares despectivos publicados por su publicación en ocasiones anteriores, esta vez en primera página y con un apasionado y malintencionado despliegue desinformativo en su página 15:

“MITAD DE LA ISLA MUERE, LA OTRA JUEGA GOLF”.

“En Santo Domingo están de fiesta, en Haití se buscan los italianos; solamente ahora nos damos cuenta que este pueblo se estaba muriendo de hambre.”

“En la vecina República Dominicana, los turistas no cancelaron sus pernoctaciones y continuaron con su partido. Al lado de Haití es un país pobre pero capaz de atraer vacacionistas como Shakira o la Reina de Holanda.”

Luego pasa a teorizar sobre medias verdades medalaganarias, vistas a través del prisma de una persona maligna y amargada, el “periodista” Guido Mattioni, con visibles intenciones de hacer daño.

Es verdad que en la mitad de la isla (Haití) asolaba la muerte y la desgracia, pero NO ES VERDAD que en la otra mitad (República Dominicana) todos estábamos jugando golf. Él si estaba jugando golf, acompañando a unos compatriotas que estaban jugando golf quizás acompañados de algunos dominicanos, quienes probablemente no tenían por qué estar ocupándose de otra cosa porque el Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, parte de su gabinete de gobierno y el 90% de los dominicanos estábamos ocupándonos de llevar los primeros auxilios y aportes al gobierno y pueblo haitianos. En el desalojado y triste camino hacia Haití, no vimos al Sr. Mattioni, ni a ninguno de sus compatriotas, ni presencia del aporte de su gobierno.

En Santo Domingo no estábamos de fiesta, VIL MENTIRA del Sr. Mattioni. Aquí estábamos de luto sentimental y oficial (declarado por el gobierno dominicano) siguiendo de cerca los acontecimientos en Haití que se transmitían al mundo gracias a las facilidades técnicas puestas al servicio del pueblo haitiano y al mundo por los dominicanos. No fue Italia ni la Unión Europea ni los Estados Unidos de América los que restablecieron las comunicaciones en Haití y ofrecieron los primeros auxilios, fueron LOS DOMINICANOS.

No fueron las Naciones Unidas ni Italia ni la Unión Europea ni los Estados Unidos de América los que le brindaron auxilio a los primeros extranjeros (incluyendo varios italianos) que quisieron abandonar Haití luego de la tragedia; fue República Dominicana.

Sólo dos grandes verdades dice el Sr. Mattioni en su despiadado, mentiroso e injusto artículo: la primera es que somos un país pobre y la segunda que: “solamente ahora nos damos cuenta (es decir: ustedes) que este pueblo se estaba muriendo de hambre”.
Hace más de diez años que nuestro actual presidente de la república denunció por ante las Naciones Unidas en su Asamblea General (y que conste que el embajador de Italia estaba presente) la situación de Haití. Lo ha repetido hasta la saciedad en todos los foros internacionales en que ha participado pero efectivamente es ahora cuando el mundo (y los italianos “bien informados”, como el Sr. Mattioni) vienen a darse cuenta de que ese país y su pueblo estaban pasando por grandes desgracias.

Qué pena que el Sr. Mattioni estuviera demasiado ocupado compartiendo partidas de golf y viajes a los centros turísticos mundiales durante más de diez años en vez de alertar al mundo sobre la verdadera verdad del pueblo haitiano que quizás hubiera evitado que la catástrofe reclamara tantas víctimas. Solo ahora, cuando les puede hacer daño al pueblo y al gobierno dominicanos con intenciones sospechosas, es que viene a “descubrir” lo que nosotros estábamos denunciando hace más de una década.

Es verdad que somos un país pobre, pero además de recibir a Shakira y a la Reina de Holanda, fuimos LOS PRIMEROS en estar presentes con apoyo en Haití luego de la tragedia; no fue el sexto país más rico del mundo (Italia) el que respondió; no, fue uno de los más pequeños y pobres de América (República Dominicana).

La República Dominicana, desde el día siguiente al terremoto ha estado presente en Haití. Ofreciendo parte de la comida, los equipos, los comedores económicos, las medicinas, los médicos, el agua que nosotros mismos necesitamos para nuestra gente pobre. Parte de nuestro insignificante (en proporción con el de Italia) Presupuesto Anual, ya ha sido dedicado por nuestro gobierno para auxiliar a Haití.

Nuestros hospitales en todo el país están llenos de haitianos heridos. Nuestro Ministerio de Salud está llevando a cabo una campaña de vacunación masiva en Haití. Nuestros técnicos están restableciendo las comunicaciones en todo su territorio. El pueblo dominicano acaba de realizar un Tele-Maratón para recaudar fondos y bienes para Haití y hemos registrado el más alto aporte que jamás se haya reunido en una iniciativa como esta en el país, incluyendo para enfrentar catástrofes propias, demostrando así que este pueblo no está “de fiesta” como malsanamente alega el Sr. Mattioni, sino muy preocupado y dedicado a auxiliar a nuestros hermanos haitianos con lo que podemos.

Creo que en este caso el Sr. Mattioni, por ignorancia o quizás por no ser cristiano, no entendió el mensaje de la Biblia contenido en el libro de Lucas, capítulo 21, versículos del 1 al 4, y de Mateo 12 41:44, que rezan así:

Levantando los ojos, (Jesús) vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una viuda muy pobre que echaba allí dos monedas. Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra, mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
En cuanto al contenido de su malintencionado artículo le podemos decir al Sr. Mattioni, a usted y a los lectores del Il Giornale, que al igual que Shakira y la Reina de Holanda (Henry Kissinger, Julio Iglesias, George Bush, Bill y Hilary Clinton, Angelina Jolie y Brad Pitt, Robert De Niro, Gloria y Emilio Estefan, Vin Diesel, Bred Runner, George Hamilton, Mihail Barishnikov, Mark Anthony y Jennifer López, Michael Douglas y Catherine Zeta Jones, el Príncipe de Borbón y Sevilla, Kelly Huy, y decenas más de famosos del mundo), además de unos 4 millones de turistas anuales de diferentes partes del mundo, incluyendo 300,000 de Italia, seleccionan a la República Dominicana para vacacionar por su seguridad, sus bellezas naturales y culturales, sus playas y su gente y no han visto lo que el Sr. Mattioni ha visto. Es muy posible que este “periodista” se haya empeñado en visitar los lugares un poco más rosados (como lo tienen todos los países incluyendo Italia), donde efectivamente se dispone porque un muy reducido número de turistas han creado una demanda para ello de turismo de sexo. Pero de ahí a generalizar es un atrevimiento y una burla del Sr. Mattioni a los lectores de Il Giornale y a usted, su director.

Si el Sr. Mattioni hubiera tenido buenas intenciones, quizás le hubiéramos aceptado una vertiente diferente de enfocar la noticia, como por ejemplo: recomendar a sus lectores evitar este tipo de turismo para no seguir pervirtiendo a las jovencitas dominicanas provenientes de hogares muy pobres que han encontrado en esta demanda turística la única forma de ganarse el sustento de sus familias. Por necesidad, no por vocación.

Señor Director: tenemos al país más pobre de América del cual nos independizamos en el año 1844 como vecinos. Somos étnica, social, idiomática, cultural y religiosamente muy diferentes y la comunidad internacional no quiere o no le conviene entender esto y por eso vive de espaldas a la realidad de Haití que de repente el Sr. Mattioni ha “descubierto”.

La Comunidad internacional, y solo la comunidad internacional, no República Dominicana, es la principal culpable de la situación existente en Haití hasta el acontecimiento del pasado 12 de enero y de todo lo que pueda suceder después de este acontecimiento lamentable. A pesar de las alertas lanzadas al mundo por los dominicanos de que esa misma comunidad internacional destruyó las simientes culturales y políticas de ese país para luego dejarlo abandonado y convertirlo en un Zombie en procura sin recursos propios de ninguna especie de una nueva identidad política y cultural, quieren que República Dominicana cargue con un peso que no le corresponde y que no está en condiciones de soportar.

En la desgracia de Haití, los dominicanos hemos demostrado, y seguimos demostrando como nunca antes, nuestra más profunda y sincera solidaridad con el pueblo haitiano, nuestros vecinos, nuestros hermanos, pero de ahí a que Il Giornale se preste a través del Sr. Mattioni a seguir calumniando a los dominicanos por no aceptar una responsabilidad que no le compete, es una bajeza.

¡Goliat apunta para otro lado!

Para la edificación de sus lectores, que merecen mayor respeto, espero que esta carta sea publicada en una próxima edición de su periódico con igual despliegue que se le dio a la malintencionada desinformación que le suministró el “periodista” Guido Mattioni.

Atentamente

Rodolfo Espinal
respinal@ctn.com.do
Editor
Periódico Puro Turismo
Director Noticiario TV “Turinformativo”
República Dominicana.
www.puroturismo.com
www.ctn.com.do
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Muere a los 91 años J.D. Salinger, autor de “El guardián entre el centeno”

J. D. Salinger, quien llegó a ser considerado el más importante escritor estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial, pero que en cierto momento decidió dar la espalda al éxito y a la adulación, murió el 28 de enero de 2010, en Cornish, New Hampshire, donde vivió en reclusión por más de 50 años. El autor tenía 91 años de edad.

El Sr. Salinger esencialmente escribió dos desgarradoras y brillantes novelas, entre ellas El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye), y decidió no escribir más.

Al publicarse El guardián entre el centeno, en 1951, la novela provocó numerosas controversias por su lenguaje provocador y por retratar sin tapujos la sexualidad y la ansiedad adolescentes. Es considerado por numerosos expertos como uno de los libros más importantes del siglo XX.

Su protagonista, Holden Caulfield, se ha convertido en un icono de la rebeldía adolescente. Escrito en primera persona, El guardián entre el centeno relata las experiencias de Holden en la ciudad de Nueva York, después de reprobar el año en Pencey Prep, su escuela secundaria.

El título del libro hace referencia a una reflexión que el protagonista realiza en el libro sobre la letra de un poema, que trata sobre un “guardián entre el centeno” que evita que “los niños caigan en el precipicio”.
J.D. Salinger escribió para adultos, pero adolescentes en todas partes del mundo se llegaron a identificar con el tema de alienación, inocencia y fantasía de la novela.

En los últimos años de su vida, Salinger se hizo famoso por no querer ser famoso, negándose a dar entrevistas.

Algunos párrafos de este escrito se tomaron verbatim de Wikipedia.com
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lunes, 25 de enero de 2010

Carta a Juan Pablo Duarte a los 197 años de su nacimiento

Por Isaías Ferreira

Admirado Patricio:

Como uno de los ciudadanos que gracias a tu esfuerzo, tu abnegación y tus vigilias nació dominicano, en este aniversario quisiera poder decirte que vivimos en la patria que soñaste, que tu ideario es la guía moral del diario quehacer del pueblo que quisiste libre y que tu obra ingente ha sido verdaderamente apreciada y respetada por los que heredamos la patria que te costó el exilio y la muerte en suelo extraño. Lamentablemente, con tristeza debo informarte que seguimos encallados en las rocas de la insensatez y envueltos en la bruma de la codicia y la avaricia sin límites que nos divide entre los pocos que tienen demasiado y los muchos que no tienen ni esperanza.

De entrada debo decirte —si es algún consuelo para ti, lo cual dudo—, que eres el desconocido más popular en el país que creaste: tu nombre lo llevan calles, puentes, plazas, y hasta en los más apartados pueblitos se desviven por homenajearte; aun en tierras extrañas hay plazas y bulevares que llevan tu nombre. En otras palabras, eres lo que ahora se llama una “celebridad”. Ahí no te hemos descuidado, aunque creo que cuando se te hace un homenaje, es éste sólo un vehículo de notoriedad para quienes explotan el brillo de tu nombre y nada más. Por eso, ¡de mí y otros dominicanos como yo no esperes otro monumento! De esos ya tienes muchos; tantos, que tu símbolo, casi mítico, ha sepultado el verdadero valor de tu obra, que muchos desconocen, y se te identifica ciegamente como “el hombre de los cuartos” (aludiendo a tu foto en el peso devaluado), el del puente grande, las avenidas, las plazas o las calles principales bulliciosas que llevan tu nombre.

Una vez dijiste que servir a su pueblo era la tarea más noble de un ser humano y que la política era la ciencia más bella y pura. Parece ser que los políticos del patio te mal interpretaron, pues servirse ellos primero, con la cuchara grande, es lo más importante, y que nadie les hable de tus “ideas románticas trasnochadas”, pues los tuyos “fueron otros tiempos”, cuando los perros se amarraban con longanizas y los pendejos eran lo suficientemente mensos para ser sinceros y expresarlo en público.

En el vía crucis que hemos vivido desde que junto a tus “Trinitarios” decidiste exponer tu vida en aras de la libertad, excepto por muy breves períodos, el pueblo que soñaste ha sido un rosario de tramas, calamidades y reparticiones, que lo ha dejado exhausto, hipotecado y con un futuro incierto.

En ese sentido, no mucho ha cambiado desde que fuiste víctima, junto a tu familia y tus compañeros, de la saña de tus contemporáneos. Los líderes son más o menos los mismos; entre nosotros han abundado, y abundan, los Santanas y los Báez, los cuales se barajan el poder como si fuera una herencia. De los monstruos Santana y Báez no te hablaré, pues viviste días aciagos por su culpa. Claro, es posible que no sepas que producto de sus acciones hipotecarias y las de un tal Lilís, el país fue invadido en 1916 por el poderoso vecino del Norte y nos legó en una persona de nombre Trujillo —en quien se resumieron todo el mal, la indolencia, la saña, el pillaje y la práctica caudillista que hasta su llegada había sufrido el pueblo— la más sangrienta dictadura imaginable. Por treintiún años sufrimos a esa encarnación del demonio. De él heredamos el paternalismo y la corruptela de rampa ascendente que nos erosiona como mar a playa. Fue tan imponente su influencia, que cambió para siempre nuestra psique colectiva, y aunque hace casi cincuenta años que lo desaparecimos físicamente, sus prácticas de robos sin rubor de los bienes del Estado, siguen tan frescas como cuando él las ejercía, con la sola diferencia de que ahora hay más “gatos”.

Cosa curiosa, durante la dictadura del tal Trujillo llovieron los homenajes y las ofrendas florales en tu honor, lo que hasta hoy nos sigue satisfaciendo como individuos y como pueblo. Hasta hubo uno de sus servidores, un tal Balaguer, que te llegó a llamar “El Cristo de la libertad” y escribió una obra apasionada destacando tus virtudes, las que se encargó en la práctica de pisotear, pues su gobierno autoritario y sanguinario, también producto de otra invasión del poderoso vecino del Norte, fue la antítesis de toda la pureza de tu ideario.

Como te tocó a ti en tu tiempo, miles tuvieron que abandonar el suelo patrio durante la dictadura del tal Trujillo y la de su discípulo Balaguer.

Por supuesto, en este tu suelo no han faltado hombres y mujeres de coraje quienes han enarbolado tus ideales como escudo de lucha. Te acuerdas de Luperón, ¿verdad? Sabes cómo luchó éste contra la anexión; bueno, como él ha habido hombres que en una u otra ocasión han defendido con decoro la integridad de la patria sin importarles su seguridad personal. De esa estirpe de hombres fueron los que en 1959 desembarcaron por Constanza, Maimón y Estero Hondo para combatir a Trujillo, entre los que se destacaba un Mayobanex Vargas, un Juan de Dios Ventura Simó, y otros valientes. Casi todos esos expedicionarios perecieron en su esfuerzo.

Ya antes, en 1916, un grupo de 80 valientes de Mao, encabezados por un Carlos Daniel y un Máximo Cabral, en La Barranquita, habían enfrentado al gigante del Norte sin más armas que unos cuantos fusiles y varios barriles de abejas bien posicionados. De esa gesta resalta la memoria de Pancho Peña cuyos 80 años de edad no le impidieron que se sumara a la lucha, muriendo en la contienda.

La sangre ha lavado la patria muchas veces, querido Duarte. Combatiendo a Trujillo cayeron miles, la mayoría en las ergástulas del régimen producto de las torturas sufridas. Recuerdo el álbum con las fotografías de los torturados que vi en mi adolescencia: ¡qué cuadro horroroso aquel! Hay entre ellas una imagen que jamás he podido borrar de mi mente: la del moreno José Messón mientras era torturado en la silla eléctrica, con los ojos que casi se salían de sus órbitas. Entre los miles de crímenes horrorosos del mal nacido Trujillo está el de las hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa, quienes junto a sus esposos, presos políticos del régimen, combatieron al tirano abiertamente.

Trujillo fue físicamente eliminado 148 años después de tú haber nacido, pero con él no se fueron sus métodos y sus costumbres y producto de ese “trujillismo sin Trujillo”, en 1963, se cercenó en el país el primer ensayo democrático que había encabezado Juan Bosch. El resultado fue que fruto del Golpe de Estado irresponsable y asesino corrió la sangre en tu patria, primero en 1963, con la muerte de Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y su grupo de valerosos compañeros, quienes se internaron en las montañas llamadas Manaclas, por el Rubio, San José de las Matas, y otros puntos del país, con la intención de incitar al pueblo a rebelarse para devolver la democracia al país.

Como continuación de la rebelión empezada por Manolo, la sangre corrió de nuevo en 1965, cuando la patria fue de nuevo pisoteada. En esa ocasión muchos empuñaron la carabina, entre ellos un Caamaño y un Peña Gómez y miles más; pero su esfuerzo fue ahogado, otra vez, como te dije, por la intervención del vecino poderoso del Norte quien nos impuso por 22 largos años al político más enigmático, cínico, indolente, y calculador que haya dado esta tierra: el sanguinario Joaquín Balaguer.

Este señor, Balaguer, con su sapiencia, si en vez de practicar la “zorrería” descarada e indolente como forma de satisfacción a su ego amargado y a todas luces resentido se hubiera dedicado a planificar el futuro del país, no erigiendo obritas aquí y allí como monumentos a su personalidad, pudo haber sido el verdadero Padre de la Patria Nueva; pero, con ciertas excepciones mínimas fue la continuación de su amo Trujillo. Como él, tuvo al país en estado de sitio, y permitió, mas bien fomentó, que sus seguidores persiguieran y mataran sin compasión, muchas veces a mansalva, a quienes consideraba estorbos a su política personalista; la lista de muertos es interminable: Orlando, Amín, Otto, el Moreno, Caamaño, Goyito, y centenares más. Del paternalismo que promovió y la corrupción que permitió no te diré nada, pues son legendarios y hasta hoy nos persiguen. Creo que tu República Dominicana es el país más rico del mundo: cada gobierno permite hacerse ricos a cientos y cientos de hombres y mujeres, y seguimos como si nada; tambaleándonos, pero produciendo para saciar el apetito desproporcionado de los llamados “funcionarios” que surgen hambrientos como pirañas cada cuatro años.

De la gesta del 65 hay también una foto inolvidable en que se ve a un mulato dominicano —sin más armas que sus puños cerrados, amenazantes, y un rostro cargado de rabia leonina que parece botar fuego por cada uno de sus poros—, enfrentarse a un soldado norteamericano armado de carabina. Es decir, ¡valor no ha faltado, Duarte!

En resumen, la realidad es que en la patria que creaste ha habido mucha gente valerosa, algunos como tú, sin tacha, pero sin “fuerza”. Ha habido políticos con “buenas intenciones”, pero que al llegar al gobierno, sea por “su pragmatismo muy particular y acomodaticio”, sea por “desconocimiento” o por simple debilidad de carácter, se han dejado arropar por la corrupción. Otros ha habido, que “siendo cuervos han cantado como gallinas”—sin dejar de actuar como cuervos—, y ha habido otros, los más, los que han sido deliberadamente malos y corruptos hasta la médula.

El saqueo, el entreguismo y el simple y vulgar robo de los bienes del Estado ha estado y, lamentablemente todavía está, a la orden del día. Y es por eso que te digo que nuestro futuro es incierto. Ojalá y en el bicentenario de tu nacimiento, en el 2013, pudiera decirte: Duarte, “me equivoqué”, la luz brilla de nuevo, hemos encontrado el camino. Por ahora, sin embargo, lo único que puedo presentarte es un cuadro de pesimismo, tenebroso, casi negro, de decaimiento moral infinito.

Por eso, aunque este 26 de enero quisiera darte buenas noticias; una vez más, debo decirte que, lamentablemente, el país que soñaste no se ha logrado. Por lo que me niego a hacerte un monumento, pues de esos ya tienes muchos, y el pedernal, contrario a tus ideales, es frío e impersonal, y no logra más que “allantar” la conciencia y darnos una falsa satisfacción de que hacemos patria, como pretenderán hacer creer los cínicos que depositarán flores en tu honor y hablarán emocionados en este tu día, de quienes me niego a ser cómplice.

Hoy prefiero limitarme a honrar al Duarte vivo de las sentencias sabias, al pensador excelso, al conspirador, al expatriado, no al que se aborrona en las fotos, ni al de las estatuas y bustos que sepulta el cardenillo, o sirve de blanco de excrementos de palomas y pajarillos en los parques.

Tuyo, respetuosamente, un dominicano afligido.
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sábado, 23 de enero de 2010

Primera exhibición de arte dominicano: Queens Museum of Art

Artistas participantes/Participating artists:
Isaías Amaro, Jesús Betances, Ismael Checo, Raquel M. Colón, Rafael de los Santos, Tania Marmolejo, Maximiliano Medina, Jorge Peña (Chiringo)

Curated by/ Curada por: Dió-genes Abréu







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viernes, 22 de enero de 2010

"Preocupación con la seguridad" de los Estados Unidos puede costarle la vida a muchos haitianos

Por Mark Weisbrot
Codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C.

Actualización: El Diario Wall Street Journal reportó que de acuerdo a la fundación Partners in Health, 20,000 personas están muriendo cada día por falta de tratamiento médicos. Los suministros necesarios pudieran ser enviados si fueran considerados una prioridad.

Ayer, seis días después del terremoto en Haití, el comando sur del ejército de los Estados Unidos finalmente empezó a distribuir botellas de agua y comida desde un avión C-17 de las fuerzas aéreas. Previamente, el secretario de defensa de los Estados Unidos Robert Gates descartó tal método debido a su "preocupación con la seguridad."

El periódico The Guardian informa que hay personas muriéndose de sed y si no reciben agua limpia pueden haber epidemias de enfermedades transmitidas por el agua, aumentando dramáticamente el número de muertos.

Pero ahora los Estados Unidos está mandando 10.000 soldados y aparenta priorizar la "seguridad" en lugar de las necesidades que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. Además, la ONU planea aumentar su presencia actual con 3.500 soldados.

El domingo por la mañana la reconocida organización humanitaria, Doctores Sin Fronteras, se quejó que el ejército de los Estados Unidos desvió hacia República Dominicana un avión, el cual tenía un hospital portátil. El desvío causó una demora de 24 horas y un desconocido número de vidas.

Jarry Emmanuel, el oficial responsable de logística del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, dijo el domingo que "hay 200 vuelos entrando y saliendo todos los días, lo que es una cantidad increíble para un país como Haití." "Pero la mayoría de los vuelos son del ejército de los Estados Unidos."

Sin embargo, el Teniente General P.K. Keen, comandante asistente del comando sur, informa que hay menos violencia en Haití ahora que antes del terremoto.

El Doctor Evan Lyon, miembro de la organización Partners in Health, famosa por sus esfuerzos heroicos en Haití, se refirió a la "desinformación y rumores… y racismo" en torno al tema de seguridad.

"Hemos conducido por la ciudad hasta las 2:00 y 3:00 de la mañana todas las noches, evacuando pacientes, moviendo equipo. No hay guardias de la ONU. No hay presencia del ejército de los Estados Unidos. No hay policías haitianos. Y tampoco hay violencia. No hay inseguridad."

Para entender la obsesiva "preocupación con la seguridad" del gobierno de los Estados Unidos hay que examinar su reciente historia en Haití.

Mucho antes del terremoto, la grave situación de Haití ha sido comparable a la situación de personas sin hogar en las calles de las ciudades de los Estados Unidos, las cuales son de raza negra y demasiado pobres para gozar de los mismos derechos legales y constitucionales como cualquier otro ciudadano común. En el 2002, cuando un golpe de estado apoyado por los Estados Unidos temporalmente derrocó al gobierno de Venezuela, la mayoría de los gobiernos del hemisferio respondieron rápidamente y ayudaron restablecer el orden democrático. Pero tan solo dos años después, cuando el presidente democrático Jean-Bertrand Aristide fue secuestrado por los Estados Unidos y exiliado en África, no hubo la misma reacción internacional.

A diferencia de los dos siglos de saqueo y explotación de Haití desde su independencia tras una rebelión de esclavos en 1804-o su brutal ocupación por soldados de los Estados Unidos entre 1915 a 1934, o las innumerables atrocidades cometidas por dictaduras con apoyo de Washington-el golpe de estado del 2004 no pertenece a la historia. Sucedió hace tan solo seis años y tiene relevancia directa a lo que sucede ahora.

Los Estados Unidos, Canadá y Francia conspiraron al intentar derrocar al gobierno democrático de Haití durante cuatro años, cortando la mayoría de su asistencia internacional para destruir la economía y asegurar que el país sea ingobernable. Y lo lograron. Si te preguntas ¿por qué no hay instituciones del gobierno haitiano ayudando después del terremoto?, ésta es una gran razón.

Y si te preguntas ¿por qué hay tres millones de personas amontonadas en el área del terremoto?, es porque las políticas del gobierno de los Estados Unidos ayudaron a destruir la agricultura de Haití; como por ejemplo mediante la importación de arroz subsidiado de los Estados Unidos.

El primer gobierno democrático de Aristide fue derrocado en 1991, después de solo siete meses, por comandantes militares y escuadrones de la muerte con vínculos con la CIA. Ahora Aristide, con el apoyo de la mayoría de Haití, quiere volver a su país. Pero los Estados Unidos no quiere que regrese y el gobierno de Preval, que es completamente influenciado por Washington, excluyó al partido de Aristide-el más grande de Haití-de las próximas elecciones (originalmente programadas para febrero).

Tal vez el temor a la democracia de Washington explica porque ahora los Estados Unidos está mandando 10,000 soldados y priorizando la "seguridad" en lugar de otras necesidades.

Dependiendo de su duración, esta ocupación militar preocupará al resto del hemisferio-al igual que las sospechas y el descontento generado por la expansión de la presencia militar de los Estados Unidos en Colombia. Además, organizaciones no gubernamentales se han quejado sobre otros aspectos de la reconstrucción: quieren que se cancele el resto de la deuda externa de Haití y también quieren donaciones en vez de préstamos (el FMI propuso un préstamo de US$100 millones). La reconstrucción necesitará miles de millones de dólares y aún queda por verse si Washington fomentará un gobierno capaz y estable o si lo impedirá al apoderarse del proceso de reconstrucción y dirigir la asistencia internacional a través de ONGs-continuando con su histórica oposición a la democracia en Haití.

Pero lo más urgente es la necesidad inmediata de distribuir agua. La fuerza aérea de los Estados Unidos tiene la capacidad de distribuir suficiente agua para todos los más afectados hasta que el suministro por tierra se normalice. Cuanto mayor sea la disponibilidad de agua, menor será la probabilidad de disturbios por este escaso recurso. Alimentos y suministros médicos también pueden ser distribuidos por el aire. Estas operaciones deberían ser aumentadas inmediatamente. No hay tiempo que perder.
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lunes, 18 de enero de 2010

Haití: La maldición blanca

Eduardo Galeano

Fragmento

El primer día de este año [2004], la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.
Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.

Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.
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Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.
Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del África. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.
De la maldición blanca, no se habló.
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La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado:
–¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?
–El anterior.
–Pues, que se restablezca.
Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados.
Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.
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A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.
En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.
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En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública.
La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.
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Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años.
Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe.
Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios.
Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.
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En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.
Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.
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jueves, 14 de enero de 2010

Porqué tiembla la tierra en República Dominicana

Por R. Osiris de León
Geólogo

Son muchas las ocasiones en que los dominicanos de la región norte del país, especialmente en las zonas de Santiago, Salcedo, San Francisco de Macorís, Puerto Plata, Villa Vásquez y Monte Cristi, se despiertan sobre saltados por las fuertes sacudidas sísmicas experimentadas por la tierra en horas de la madrugada, aunque igual situación se presenta en Azua, Barahona, Neiba y toda la cuenca del lago Enriquillo.

Y es que el planeta tierra tiene un núcleo interior fundido e incandescente, donde los materiales derretidos por las altísimas temperaturas tienen muy baja densidad y eso les obliga a desplazarse hacia la superficie del planeta, denominada corteza, pero en la medida en que se acercan a la superficie se encuentran con temperaturas inferiores a las del centro de la tierra, y como la primera Ley de la termodinámica establece que el calor fluye del cuerpo más caliente hacia el más frio, hasta que se equilibran, eso enfría la masa ascendente y la hace tener una mayor densidad, es decir, ahora pesa más.

Cuando una masa de roca se enfría tiende a pesar más y vuelve a descender hacia el interior de la tierra, donde se calienta de nuevo, pesa menos, y tiende a volver hacia la superficie, en un interminable proceso repetitivo que se denomina corrientes de convección.

Cuando las corrientes de convección son convergentes, es decir, cuando se encuentran frontalmente, hacen que las masas de rocas superficiales choquen entre sí y formen montañas, cuando las corrientes de convección son divergentes, es decir, cuando se separan lateralmente, hacen que las masas de rocas se alejen entre sí y formen fosas marinas, y cuando una masa de roca penetra de forma inclinada bajo otra masa de roca genera un frente de subducción que levanta subverticalmente la masa supra yacente.

Esta particular dinámica del planeta tierra es responsable de que los continentes se desplacen permanentemente y de que cambien de forma a través del paso del tiempo geológico, es responsable de la creación de las grandes montañas y de muchos valles tectónicos, y es responsable de la emersión de extensos arrecifes coralinos que hoy definen las líneas costeras de muchos territorios insulares como el nuestro. Y a todo esto le llamamos dinámica de las placas tectónicas.

Pero todos los frentes de convergencia, de divergencia, o de subducción de nuestras placas tectónicas, además de modelar la superficie del planeta tierra, acumulan energía elástica, que constantemente es liberada súbitamente en forma de sacudida sísmica, de mayor o de menor intensidad, y esas sacudidas son las que percibimos en forma de terremotos o de temblores de tierra, respectivamente.

La República Dominicana se encuentra en el borde de interacción entre la placa tectónica de Norteamérica, donde se encuentran Cuba, Estados Unidos, Canadá, etc., y la placa tectónica del Caribe, donde se encuentran Jamaica, la Hispaniola, Puerto Rico, las Antillas Menores y el borde norte de Suramérica, y este borde, que constituye un frente de subducción porque la placa de Norteamérica penetra por debajo de la placa del Caribe y la levanta, pasa a unos 10 a 15 kilómetros al norte de Monte Cristi, de Puerto Plata y de Río San Juan.

En la medida en que la placa de Norteamérica penetra por debajo de la placa del Caribe acumula suficiente energía elástica y cada vez que la energía acumulada entre ambas placas tectónicas supera la resistencia del plano de fricción, se produce una fuerte sacudida sísmica caracterizada por la propagación de ondas sísmicas longitudinales de compresión y de ondas sísmicas transversales de cizallamiento, las cuales viajan a través de las masas de rocas y de suelos que encuentran a su paso y son las que estremecen, rompen y derrumban nuestras viviendas.

Mientras más cerca está nuestra vivienda del lugar donde se liberó la energía (hipocentro) mayor es la sacudida sísmica que sentimos, y, mientras más blando es el suelo, mayor es la aceleración espectral que se produce y mayor es el estremecimiento de nuestra vivienda, a lo que sumamos la quietud de las horas de la noche, y la tranquilidad que nos caracteriza al dormir, y es ese el motivo por el cual sentimos más fuertemente los temblores que se producen mientras dormimos en horas de la noche o de la madrugada, que los temblores que se producen durante el día, mientras caminamos o mientras estamos envueltos por el bullicio diurno.

El valle del Cibao, la cordillera Septentrional, la costa Atlántica y la península de Samaná, son nuestras regiones geográficas más cercanas al límite de interacción entre estas dos placas tectónicas, y por tal razón históricamente han sido las regiones más afectadas por las fuertes sacudidas sísmicas que se han producido entre 1562 y el 2003, considerando que Santiago vieja y La Vega vieja fueron destruidas totalmente por terremotos de magnitud superior a 7 grados en la escala de Richter, los cuales podrían repetirse en cualquier momento, más temprano que tarde, en un país que no está preparado para enfrentar las consecuencias de un gran terremoto como el del 4 de agosto de 1946, de magnitud 8.1 grados Richter, el cual, si se repitiese sería devastador.

En los últimos meses, y en las últimas semanas, el país ha estado siendo sacudido por múltiples temblores de tierra de magnitud variable entre 3.0 y 5.0 grados Richter, y no obstante esas alertas tempranas de la naturaleza, nuestras autoridades de socorro se mantienen indiferentes, quizás porque no entienden el lenguaje de la sismicidad, o quizás porque no tienen las herramientas necesarias para hacer frente al desastre generado por un gran terremoto, o quizás porque poco les preocupa lo que podría pasar.

Pero lo cierto es que vivimos en un país de muy alto riesgo sísmico, donde se construye donde quiera y como quiera, donde la Secretaría de Estado de Obras Públicas todavía no ha podido poner en vigencia un nuevo protocolo para el diseño y la construcción de edificaciones sismo resistentes, donde se excava la mejor roca para construir un parqueo soterrado sobre roca pobre, donde se construye el parqueo en el primer piso apoyando el edificio en simples y delgadas columnas sin muros que absorban los esfuerzos cortantes generados por las ondas sísmicas de cizallamiento, exponiendo al edificio a un colapso sísmico por efectos de piso blando.

No hay que ser pronosticador de catástrofes para saber que el día menos esperado la República Dominicana será sacudida por un gran terremoto, y lo lamentable es que ese día nos ha de encontrar desprotegidos y no preparados, sin sangre en los hospitales, sin sueros hidratantes, sin agua potable almacenada, sin antibióticos, sin autoridades y sin nada de nada.

No hay un plan de educación de la población sobre el riesgo sísmico al que estamos expuestos, no se enseña a los niños ni a los adultos cómo identificar los lugares menos vulnerables de nuestras viviendas, de nuestras escuelas y de nuestros espacios públicos, ningún legislador se empeña en presentar un proyecto de ley para que el riesgo sísmico sea una asignatura escolar de primer orden y nuestros presidentes, todos y sin excepción, son los primeros que ignoran esa realidad sísmica para no tener que invertir en mejorar las vulnerables estructuras de las escuelas, hospitales y edificios públicos.
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domingo, 10 de enero de 2010

José Carvajal presentará libro en NY y Miami

JoseCarvajal.com

José Carvajal inicia un ciclo de presentaciones de su nuevo libro con actos en Miami y Nueva York, dos ciudades donde radica el eje central de la obra que incluye crónicas, opiniones, entrevistas y ensayos relacionados mayormente con los dominicanos en Estados Unidos. El acto de Miami contará con la participación del cubanoamericano Ricardo Brown y la colombiana Liliana Marín, ambos periodistas de amplia trayectoria en las cadenas Univisión, Telemundo y otros medios internacionales.

El lanzamiento en Miami de “A quien pueda interesar: Reflexiones sobre Washington Heights y otros temas” está programado para el viernes 22 de enero, a partir de las 7:30 de la noche, en la sala de conferencias de la Cámara de Comercio Domínico-Internacional, ubicada en 104 SW 9th St. (Ground Floor, West Brickell), en Miami.

El mismo contará con la participación del cubanoamericano Ricardo Brown y la colombiana Liliana Marín, ambos periodistas de amplia trayectoria en las cadenas Univisión, Telemundo y otros medios internacionales.

“Nueva York, Miami, y una profunda pasión por la literatura y el periodismo se dan la mano en este nuevo libro de José Carvajal”, indica la contraportada de la obra publicada por el sello Isla Publishing Group, con sede en la Florida.

En Nueva York la cita será el 29 de enero, también a partir de las 7:30 pm, en la fundación Culturarte, ubicada en 260 Audubon Avenue (esquina calle 178) en el Alto Manhattan.

En palabras de Brown, “Carvajal es una de las personas más cultas, más preparadas que han pasado por el periodismo hispano en Estados Unidos. Es un escritor extraordinario, un tipo verdaderamente genial y bondadoso, siempre generoso en sus elogios de los demás y genuinamente modesto en cuanto a su gigantesco talento”.

Carvajal ha residido en Nueva York, Rhode Island y Miami. Inició su carrera periodística en el diario El Nacional, en Nueva York. Dirigió por dos años el semanario Prensa Nueva, en el estado de Rhode Island. Desde 1994 ha trabajado como editor para América Latina de United Press International (UPI) y subeditor de la agencia Reuters, además de redactor de las cadenas de televisión CBS-Telenoticias y Noticiero Univisión.

Asimismo, Carvajal laboró en el equipo de producción del programa El Factor Brown, del periodista Ricardo Brown, en Gentv-Caracol (Canal Ocho de Miami). En 1998 fundó la Agencia Internacional de Noticias Literarias Librusa. Fue también columnista del diario Hoy de Nueva York, hasta que ese periódico dejó de pertenecer a la empresa Chicago Tribune.

En su trayectoria literaria, Carvajal cuenta con varias obras publicadas en los géneros de poesía, cuento y novela. En 2008 publicó la antología "Cuentos fantásticos de Juan Bosch", una selección de relatos del autor dominicano más importante del siglo XX.



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sábado, 9 de enero de 2010

EL FANTASMA DE AGOSTO

Por Juan TH

¿Llegarán los dominicanos a conocer hasta qué punto están las autoridades de alto vuelo involucradas en el escándalo Figuereo Agosto, hasta donde en los corrillos del Palacio Nacional y otras esferas del gobierno alcanza el pus?

El prófugo Figuereo Agosto no llamó a la Z-101 para hablar sobre la acusación de narcotráfico que le hacen las autoridades; ni para esclarecer la misteriosa desaparición de Sobeida; si está viva o muerta. Llamó para proteger y/o encubrir a sus socios civiles y militares del gobierno.

El aumento desproporcionado de los combustibles durante el feriado de año nuevo tenía como propósito desviar la atención de la población; hacer que cambiáramos la mirada, sacar de los medios de comunicación el caso de Figuereo Agosto, Sobeida, las Peláez, el coronel asesinado González González, etc., debido a los matices que estaba adquiriendo. Agosto es un fantasma que recorre los pasillos del Palacio Nacional, de la Policía y las Fuerzas Armadas.

Los hermanos Carlos Manuel y José Manuel Benítez, acusados de estafar con más 110 millones de dólares al gobierno de Estados Unidos, también escaparon misteriosamente dejando sus millonarias inversiones. Sólo en Higuey tenían 38 propiedades turísticas. Es un secreto a voces que sus socios eran funcionarios importantes del gobierno. Con la fuerza y la rapidez del rayo el caso fue sacado de los medios de comunicación. Uno de los hijos de los Benítez entró al país por el aeropuerto Las Américas para “aclarar” con los socios de sus parientes los negocios. Las inversiones de los hermanos Benítez están resguardadas y protegidas en nuestro país.

Del caso del secuestro del joven Eduardo Baldera Gómez ya nadie habla. La policía asesinó a William Batista Checho y Cecilio Díaz, desapareció a dos más acusados de participar en el secuestro. Los oficiales acusados de las muertes están en libertad.

Alrededor del asesinato de siete personas en Ojo de Agua, Baní, mejor conocido como “el caso Paya”, los verdaderos responsables no están presos. Hablamos de mil 500 kilos de cocaína y 15 millones de dólares. Nadie sabe dónde está la droga, ni donde está el dinero. Desaparecieron como por arte de magia. Sin embargo hay 27 imputados sin que a ninguno se le haya ocupado un dólar ni una onza de la droga. Los ocho kilos colocados en el expediente no pertenecen a Paya. A los siete muertos de Paya hay que sumarle otros que tendrán que salir a la luz durante el juicio de fondo. Es difícil que los jefes de la operación terminen en la cárcel.

El señor Figuereo Agosto logró conectarse muy bien con altos funcionarios civiles y militares de la actual administración. ¿Quién en su sano juicio puede creer que dos coroneles son culpables de todo el entramado de complicidad que rodea al narcotraficante puertorriqueño? ¿Por qué nadie cita a los civiles? ¿Por qué no muestran los videos “lascivos y concupiscentes” que tiene el ministerio público? ¿Por qué no dicen quienes aparecen en esos videos? ¿Por qué no citan a los socios de Agosto con oficinas en el Palacio Nacional y otras áreas del gobierno?

Como un escándalo sustituye a otro escándalo, pronto vendrá otro, ya sea de narcotráfico o de corrupción. Alicia Ortega reúne pruebas de corrupción sobre el asfaltado de calles y carreteras. También mostrará documentos que probaran que un secretario de Estado, que a su vez es un recaudador, se asignó -a sí mismo- más de tres mil millones de pesos. Nuria Piera, que no se queda atrás, traerá lo suyo. Porque si en algo no se queda atrás este gobierno es en escándalos de corrupción, narcotráfico y otras “indelicadezas”. A este gobierno por donde quiera que lo toquen brota a borbotones el pus y la inmundicia. Y nada pasa ni pasará. El Ministerio Público está atado de pies y manos por el Poder Ejecutivo. Los niveles de complicidad con el delito y el crimen del bajo mundo no tienen precedentes. Ningún caso de corrupción o narcotráfico que involucre altos funcionarios civiles y militares tendrá solución.

Enero 9, 2010



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